A los 21 años, Israel Borrell dejó Albacete (España) para viajar a Perú siguiendo los pasos de su padre. Israel viajó con una maleta llena de sueños y metas, pero también con sus aficiones como correr motocross, deporte que practica desde que era adolescente.
Ya en nuestro país volvió a subirse a una moto y participó en diversos torneos hasta que en 2013 le llegó la oportunidad soñada: correr por primera vez un Dakar. Esa vez, Borrell acabó en la posición 67, partiendo desde Lima hasta Santiago (Chile).
Ahora, Israel tiene una ocasión para volver a vivir, como él dice, la experiencia de la mejor carrera del mundo. "El último Baja Inka que participé me sirvió, pues se parece al recorrido del Dakar. Además, estuve muchas horas en la moto", declaró.
Para Borrell, el objetivo primordial de este Dakar es terminar la carrera, ya que es todo un reto. "La carrera demanda un gran esfuerzo físico, económico y mental, por lo que para mi lo ideal es completarla, si puedo acabarla dentro del top 50 sería genial, pero vamos paso a paso, vivir la aventura completa", comentó Borrell.
Por otro lado, que la largada sea en Lima es un aliciente extra, pues se parte con el público a tu favor y sin tantos gastos en logística. "La cobertura de los medios nacionales es mayor cuando es en Perú y así uno puede obtener patrocinio de algunas empresas y eso nos ayuda un montón", agregó el piloto de 43 años.
Dentro de las 14 etapas del Dakar 2018, el gran reto de Israel Borrell será atravesar el desierto de Tanaka en Arequipa y superar el frío intenso y la altura de Bolivia. "Yo estoy más acostumbrado al sol, porque vivo en Tumbes así que el clima de Bolivia será todo un desafío. Trataré de dominarlo", finalizó.