Liverpool logró un triunfo agónico ante PSG gracias al gol de Roberto Firmino en los últimos minutos de juego. Todo Anfield gritó de felicidad, menos alguien. Hablamos de Mohamed Salah, quien se encontraba en el banco de suplentes.
Tal como lo muestran las imágenes, Salah se mostró incómodo tras el tanto del brasileño. Cogió una botella de agua y la lanzó con fuerza contra el banquillo de suplentes. La reacción a sorprendido a más de uno.
El PSG daba por bueno el punto que atesoraba a raíz del gol de Mbappé, pero un magistral disparo cruzado de Roberto Firmino, minutos después de ingresar al terreno de juego, lastrado por problemas que arrastraba en un ojo desde el fin de semana en el partido de la Premier ante el Tottenham, enterró las esperanzas parisinas.
El delantero brasileño dejó una curiosa celebración llevándose la mano al ojo dañado.
"Me encantó su celebración", confesó Klopp. "No soy capaz de decir todas las cosas buenas de Bobby. Salir desde el banco después de su lesión del fin de semana es realmente increíble", añadió el técnico alemán sobre el delantero brasileño.