El segundo gol de Karim Benzema ante Bayern Munich por la vuelta de semifinales de Champions League tuvo, además, otro protagonista: Sven Ulreich. El arquero del elenco alemán tuvo un error garrafal que, al final, influyó para eliminación de su equipo y pase a la final de los merengues.
La equivocación de Ulreich costó caro, y el dolor fue inmenso cuando el árbitro dio por finalizado el juego en el Bernabéu. Tanta
fue la tristeza que el portero se sentó en el campo, sin compañía de nadie, ante los miles de hinchas merengues, que celebraban la clasificación. La imagen de convirtió en viral.
Un doblete de Karim Benzema, al fin goleador en el momento clave de la temporada, impulsó al Real Madrid a su tercera final consecutiva, esperando rival para la gran cita de Kiev tras un duelo majestuoso ante un Bayern Munich repleto de orgullo, que se sobrepuso a todo y rozó la remontada (2-2).
La grandeza del clásico de Europa se mostró en toda su expresión en el Santiago Bernabéu. Duelo grandioso entre dos equipos educados para atacar, que sufren sin balón, con un Real Madrid sin la capacidad para anestesiar el duelo y que jugó a la ruleta con el Bayern. Verticalidad blanca con capacidad de sufrimiento ante el dominio posicional del equipo alemán, una maquinaria perfecta.
Dicen que de los errores se aprende y los jugadores del Real Madrid se sabían la teoría, pero volvieron a errar en la práctica. Sabían que los primeros minutos eran claves tras volver a ganar a domicilio, pero parecieron empeñados en firmar un camino de sufrimiento a la gran final.