La otra cara del fútbol. Los hinchas argentinos viven como un despojo y humillación que la final entre Boca Juniors y River Plate por la Copa Libertadores se juegue el próximo domingo 9 de diciembre en el Santiago Bernabéu de Madrid, justo en la tierra de los colonizadores de América, tras los incidentes que marcarán de por vida la historia del Monumental y una final que nunca llegó.
El país estaba pendiente de su 'partido del siglo', el mayor 'Superclásico' de todos los tiempos. Pero el 24 de noviembre, el autobús con el plantel 'Xeneize' fue atacado a pedradas por hinchas violentos al doblar en una esquina a cuatro calles del estadio 'millonario'. La ida había terminado 2-2, sin incidentes en La Bombonera.
La policía arrojó gas pimienta para dispersar y afectó a los jugadores. El capitán de Boca, Pablo Pérez, sufrió lesiones en el ojo izquierdo. Los futboleros expresaron simplemente sus sentimientos: "Vergüenza, tristeza, desolación". El domingo 25, nueva suspensión.
De pronto, el club de la Ribera se plantó: pidió los puntos y la Copa Libertadores. Ambas hinchadas consideran que es una forma de revancha por la eliminación en octavos de final de la Copa en 2015, cuando fanáticos boquenses arrojaron gas pimienta a jugadores de River en la manga de regreso a la cancha en La Bombonera con el resultado 0-0. La Conmebol le dio los puntos a River que había ganado 1-0 la ida.
El conflicto entró en un laberinto jurídico. River dijo que la culpa del ataque fue una grave falla de seguridad policial y que se debía jugar en el Monumental. La Conmebol no le dio la razón a ninguno de los dos y le pasó la pelota al Real Madrid, que aceptó el desafío de ser la sede de la final continental en un hecho sin precedentes.
Ante este clima de incierto y decepción, el diario deportivo 'Olé' dijo que "perdió River, perdió Boca, perdió el país la posibilidad de vivir una fiesta y perdimos los hinchas: nos quitaron la ilusión, las ganas, el entusiasmo". Si esto no es una herida en el orgullo ¿qué puede serlo? No es la hora de ineptos o violentos. Es la hora de los conquistadores de América.