"Se quedó a dormir en una plaza...": la historia del 'Toto' Salvio, fanático de Boca Juniors por su madre

El sueño de todo hincha es defender los colores de su club. Casi todos lo logran, algunos dentro de la cancha como futbolistas y otros fuera, en las tribunas, como fanáticos. Al final, en el estadio, las dos partes comparten la misma felicidad, sino que se le pregunten a Eduardo ‘Toto’ Salvio, quien puede decir que ha vivido ambas historias.

Con 29 años, después de haber conseguido llegar a la élite con la camiseta del Atlético de Madrid y Benfica, el volante argentino cumplió su verdadero sueño: jugar en Boca Juniors. Aunque el destino quiso que debutara con Lanús en la profesional, la pasión por el ‘xeneize’ estuvo presente en su familia desde muy chiquito y no precisamente por su padre (normalmente es así).

El famoso ‘gracias, viejo, por pasarme esta pasión’ se traslada, en este caso, a la ‘vieja’. Y es que su madre, Tota, era la que hacía lo imposible para sacarle una sonrisa a su hijo vistiéndolo con los colores “azul y oro”, como dicen en La Boca. “Cuando era chico juntaba dinero para comprarme la camiseta original y no me la sacaba ni en Navidad”, contó el ahora futbolista.

Pero bueno, eso es algo que todos los amantes del deporte rey hacen ¿no? Para demostrar que el fanatismo de la familia Salvio era aún mayo, madre e hijo no se olvidan de lo que hacían para asistir dos veces al mes a La Bombonera. “Tomábamos el colectivo 33 –50 minutos– e íbamos a la tercera bandeja, arriba de ‘La 12’ (barra oficial del club)”, dijo ‘Toto’ a TyC Sports.

Por eso, cuando se confirmó el traspaso, ambos no podían estar más felices. “Ya hemos logrado todo lo que deseábamos para él cuando era chiquito”, agregó su mamá. “Jugará en la mitad más uno”, como dejando en claro qué colores son los que mandan en casa, aunque el padre (Eduardo) sea aficionado de Independiente.

Una loca linda

Dicen que las madres ven a sus hijos brillar incluso en la oscuridad y Tota no era la excepción. Desde que ‘Toto’ era muy pequeño, ella le dejó en claro que llegaría muy lejos, aunque él prefiere decirle que “estaba delirando”. Al final son ellas las que nunca se equivocan y esta vez se volvió a demostrar.

Tan grande era la confianza que lo seguía a todas partes, sin importar las circunstancias. “Fuimos a jugar a Lobos con las inferiores de Lanús y las semifinales y finales eran en dos días seguidos. Como mi mamá no tenía cómo pagar el hotel, durmió en una plaza debajo de la lluvia. Yo la quería matar”, cuenta Salvio a Clarín.

Tanto esfuerzo del lado maternal tenía que ser pagado con creces de parte del hijo y éste no decepcionó. Para Rusia 2018, ya curtido en Europa, el mediocampista fue convocado por Jorge Sampaoli y la emoción lo hizo romper en llanto. “Me abrazaron en casa y no pude evitar llorar. Ni cuando nacieron mis hijos lo había hecho”, confiesa.

La locura del fútbol parece traspasar de generación en generación en la familia de Eduardo Salvio. Pero así como hay cosas que se comparten, el jugador también tiene ciertos gustos individuales que lo han llevado a hacer cosas fuera de una cancha de fútbol –y no precisamente por Juan Román Riquelme, su ídolo de la infancia–.

‘Loquito’ PlayStation

Su hobbie parece estar en los videojuegos, algo que se entiende en el contexto de esta generación y por eso armó su propio negocio. Aunque viajó a Argentina para firmar por el club de su vida, en Lisboa –donde vivía– dejó un negocio de controles personalizados para que todos los ‘gamers’, como él, encuentren la opción más cómoda para ellos.

Y seguro que para no pensar tanto en las semifinales frente a River que iniciarán en las próximas horas, el ‘Toto’ se pasará un buen rato frente al televisor jugando a la PlayStation con alguno de los mandos que vende (desde Batman hasta Game of Thrones pasando por Los Simpsons).

Un hombre apasionado y cumplidor. Que hizo lo necesario para cumplir el sueño de su vida (y el de su ‘vieja’) sin cerrarle la puerta a nada ni nadie. Hoy es un ‘fijo’ para Gustavo Alfaro, que espera acabar con la mala racha que tiene el ‘xeneize’ ante el rival de toda la vida. Para ello qué mejor que contar con jugadores locos por los colores.

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