Si no vas a poder, al menos haznos creer que sí. Hasta cuando PSG le encajó cuatro en el Parque de los Príncipes, hinchas en todo el mundo apostaban por la remontada azulgrana. En cambio ahora, con un rival a quien en algún momento le metió cinco, la sensación de victoria es nula. Real Madrid es ya el campeón de la Supercopa de España. Comenzó ganando en el Camp Nou, y sigue arriba en la previa al cotejo en el Bernabéu. Barcelona no genera la sensación de que lo va a ganar, o por lo menos, de querer ganarlo.
Yo me pregunto desde hace ya algunos meses: ¿Qué le pasa al Barcelona? Un cuadro que logró englobar todo lo hermoso del fútbol es ahora incapaz de generar una expectativa positiva de cara al partido contra el Madrid. Dicho cotejo, por más Supercopa que sea, es un clásico que de por sí otorga un condimento especial, un 'saborcito' distinto que no tendrá en ningún otro partido. Con todo esto, los de Valverde siguen siendo un cuadro insípido, sin magia, sin gusto.
Barcelona no merece remontar
Salvo que Barcelona haga un partido sobrenatural (como era) y supere en todo sentido al Real Madrid; es decir, que gane con autoridad, siendo más en todas las líneas y dejando la sensación de que aun con Ronaldo el cuadro merengue hubiese perdido, solo así sería merecida una remontada azulgrana. Pero eso no va a pasar. Lo siento yo así como también los hinchas del fútbol, quienes vieron un desanimado y débil equipo ser superado ante una escuadra que parecía tener mucho más jerarquía.
Barcelona no merece remontar porque no ha ganado en nada. Es más, ha perdido. No se ha notado ganas de ser mejor. Desde la elección del técnico hasta los fichajes de ahora: los azulgranas no han tomado riesgos. Un lateral cumplidor (Semedo), un delantero condenado a la banca (Deulofeu) y un volante con más expectativa que realidad (Paulinho), el cuadro culé no ha demostrado empatía con lo sucedido en la temporada pasada, donde sus más fervientes hinchas esbozaron una sonrisa por una Copa del Rey, mientras el rival del frente se hacía con La Liga y la Champions, pero pensando en el triplete de este nuevo comienzo.
Efecto Neymar
La salida de Neymar no podrá ser compensada con los 222 millones de euros que pagó el PSG. Ha dolido, y mucho. El brasileño era más que un extremo por izquierda con curvas hacia adentro. Era el ícono de la magia. Era lo más parecido a Ronaldinho, quien más que títulos, puso al Barcelona en los ojos del mundo. El vacío de Neymar será imposible de llenar.
¿Y Messi?
Messi no puede hacer todo, y él mismo se da cuenta. Cuando termina de llevarse a tres y ve proyección, mira a los costados y no ve a un equipo. Esa es la gran diferencia con el Real Madrid. Cristiano Ronaldo juega para el equipo y, cuando es necesario, el equipo juega para él.
El contraste de Asensio
Ver como el fichaje del Real Madrid si da resultado, mientras que todos los futbolistas que trajo el Barcelona no se hacen una genera un malestar oculto —pero doloroso— en todos los hinchas. Ni Denis Suárez, Paco Alcácer, y menos André Gomes han sabido agradecer la confianza de pertenecer al hasta hace poco mejor equipo del mundo.
Real Madrid no celebrará esta Supercopa de España, porque para ellos, el verdadero título está a fin de temporada cuando lo ganen todo. ¿Barcelona podrá recuperarse? Debe hacerlo. Por su bienestar como club, por el bien de sus hinchas y por sus ambiciones como equipo. Siempre hay que querer más.