Barcelona y Napoli juegan en San Paolo por Champions League. Lionel Messi se lleva todos los ojos en el campo de juego. El argentino jugará en el estadio en el que el máximo ídolo de la selección argentina, Diego Maradona, hizo diabluras y logró llevar a los italianos a levantar sus únicos dos trofeos en la Serie A (87-89/90).
Cuando el ’10′ del Barza ingresaba al recinto, aquellos que se encontraban en su camino, le recordaron “bienvenido a la casa del padres”, haciendo mención a que ese es el hogar de Maradona.
Será el debut absoluto de Messi en el que fue el templo de Maradona entre 1984 y 1991 y el ambiente es de máximo entusiasmo en el coliseo napolitano, que abrió las puertas a los aficionados con hasta cuatro horas de antelación con respecto al comienzo del encuentro.
La afición napolitana, una de las más calurosas de Italia, llevaba esperando un partido de octavos de final de la Liga de Campeones desde 2017, cuando el Nápoles se enfrentó, y cayó, ante el Real Madrid.
Si este martes el San Paolo solo corea para sus jugadores, el lunes se registraron unas grandes muestras de cariño para Messi, quien fue ovacionado en su llegada al céntrico hotel de concentración elegido por el Barcelona.
Un aprecio manifestado también por el capitán del Nápoles, Lorenzo Insigne, y el técnico, Gennaro Gattuso, en las ruedas de prensa de la víspera.
“Actualmente Messi es el mejor del mundo, pero no le comparo con Maradona porque para nosotros los napolitanos Diego es sagrado. En este momento Messi es el mejor de todos”, afirmó Insigne.
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