Del amor al odio hay un solo paso. Corría el minuto 80 del partido entre el Barcelona y el Rayo Vallecano (3-1) cuando el marcador luminoso mostró el número siete de Philippe Coutinho, que se retiró del césped en sustitución de Ivan Rakitic entre aplausos y silbidos de los aficionados del Camp Nou.
Disparidad de opiniones para despedir al fichaje más caro del club. Un año después de su llegada procedente del Liverpool a cambio de 120 millones de euros fijos y otros 40 en variables, el internacional brasileño no despega el vuelo en su primera temporada completa vistiendo la zamarra azulgrana.
Incorporado en el mercado de invierno del curso 2017-18 para convertirse en el sustituto de Andrés Iniesta en la medular, Valverde ve en el brasileño a un mediapunta con llegada, gol y desequilibrio, tres virtudes que en lo que va de temporada ha mostrado a cuentagotas.
Anoche ante el Rayo Vallecano, Coutinho acompañó en la punta de ataque a Luis Suárez y Messi. En el segundo tiempo, con el partido igualado, Valverde dio entrada a Ousmane Dembélé para ahogar al equipo madrileño con un 4-2-3-1. En ninguna de las dos versiones tácticas del Barcelona, el '7' azulgrana brilló. Solo amenazó en el primer tiempo con un disparo mordido que Dimitrievski atajó sin demasiados problemas.
La falta de pegada es uno de los lastres de Coutinho en el presente curso. Entre todas las competiciones, el exjugador del Liverpool ha jugado un total de 39 partidos, repartidos en 2.453 minutos, y ha anotado ocho tantos, dos menos de los que transformó en los 22 encuentros que jugó en la segunda mitad del pasado curso.
La sequía del brasileño es especialmente alarmante en la Liga, donde suma 4 goles en 25 partidos. La última vez que celebró un tanto en el campeonato doméstico se remonta al clásico liguero de la primera vuelta contra el Real Madrid que se disputó el pasado 28 de octubre.
Aunque más allá de la falta de gol, preocupan las sensaciones. El brasileño ha perdido el pulso de la titularidad con Ousmane Dembélé, que jugó de inicio en los dos clásicos consecutivos que se celebraron en el Santiago Bernabéu. Conscientes de que no está pasando por su mejor momento, Valverde y los jugadores del primer equipo azulgrana arroparon a Coutinho después de los silbidos que anoche se escucharon en el Camp Nou.
Apoyo incondicional del club
"Philippe (Coutinho) está haciendo una buena temporada. Obviamente el coste del jugador cuando llegó aquí fue muy grande y eso también implica que tenga más expectativas sobre su rendimiento. Es lo que hay. Hay que aceptar la reacción de la gente, porque al final son nuestros seguidores, pero nosotros, desde dentro y como compañeros, le damos todo el apoyo del mundo", defendió Piqué.
Asimismo, Valverde instó al brasileño a no rendirse: "Siempre hay una exigencia terrible para ganar, no hay que darle mucha importancia. Coutinho ha estado peleando todo el partido. Siempre esperamos que nuestros jugadores saquen un conejo de la chistera. El secreto está en perseverar"
Mientras una parte de la afición azulgrana se impacienta, el vestuario mima a Coutinho, que en la vuelta de los octavos de final de la Champions League contra el Olympique de Lyon del próximo miércoles podría gozar de otra oportunidad para renacer.
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