El 4 de julio de 2014, Neymar lloraba desconsolado en la cancha del estadio de Fortaleza por una falta de Camilo Zuñioga que lo relegó del Mundial apenas en los cuartos de final. Dos años después de ese lamentable momento, el crack también llora, pero por la alegría de darle a Brasil la primera medalla de oro de su historia.
Criticado por muchos, por todos, en los primeros partidos de Brasil en el campeonato, Neymar supo sobreponerse y concentrarse en la idea de que como capitán, era el líder de un ideal que los brasileños buscaban hace décadas y que ha terminado este sábado en la cancha del Maracaná.
No aparecieron los fantasmas de 1950 ni un Alcides Gigia disfrazado de alemán. Brasil quiso olvidar incluso el 7-1 del Mineirao. Y qué mejor que un penal definitivo de su máxima estrella. Como tal, se quiso guardar para el último y marcó.
Ver su disparó inflar las redes alemanas provocó en Neymar la histeria pura. Algunas gritan, otro saltan, él lloró. Su llanto fue tan conmovedor como el de muchos brasileños en el estadio. Una medalla de oro lo puede todo.
Neymar neymarjr llora y rompe la maldición, #Maraca se reencuentra con su público #Brasil #Rio2016 #Gold
pic.twitter.com/uryHUQgpqb— Black Room Boy (bbjoejoop) 20 de agosto de 2016
Solo dos finales de #Fútbol masculino se decidieron por penales: #Sídney2000: #CMR 2-2 (5-3) #ESP #Rio2016: #BRA 1-1 (5-4) #GER deporpe— Israel Zárate Rojas (Isra_Zarate) 20 de agosto de 2016
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