La tribuna es una fiesta: los hinchas flamean sus banderas, agitan los brazos y no les importa quedarse sin voz. El doblete de Cristian Benavente ante el Gent los tiene así. Sus cánticos lo reconocen como uno de los jugadores más importantes de octubre y los tres goles, en los dos últimos partidos que ha jugado de titular, les dan la razón. No hay duda que con regularidad es determinante, de esos que, pase lo que pase ante Nueva Zelanda, necesitaremos en el futuro de la selección.
Un volante con sus cualidades y formación en Europa no puede ver por televisión al país al que decidió representar. Tiene 23 años y en el Charleroi, por fin parece haber encontrado su lugar ideal. Juega siempre (aunque sea poquito) y esta temporada parece ser la de la consolidación. Con un total 603 minutos, dos asistencias y seis goles, el ‘Chaval’ pide implícitamente una oportunidad de Gareca.
Es lógico, en ese once del ‘Tigre’ que sale de memoria, Benavente, hoy, no tiene un hueco ni para ser recambio. Se le acusa de haber defraudado ante Argentina (octubre 2016), pero se pasa por alto que lo mejor que puede hacerse con un jugador de sus características es ponerlo en su posición natural: de enganche. Entonces, ¿cómo exigirle que rinda al máximo en una que no le pertenece?
"Me siento bien en esta posición detrás de los delanteros. El trabajo paga, y me siento cada vez más importante en el equipo”. Las palabras de Benavente reflejan lo que puede ofrecerle a la selección. No será en los partidos del repechaje, pero podría resultar una alternativa interesante a mediano plazo.