Cuando la pasión no alcanza: Cristal jugó mejor que Emelec, lo dominó, pero le faltó el gol

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El equipo de Tiago Nunes mostró una mejor versión que en Lima, sobre todo en el segundo tiempo, pero no le alcanzó para romper el ‘cerrojo’ de Emelec, que se instauró tanto en la ida como en la vuelta. Los rimenses, ya en el final, tuvieron dos claras en los pies de Brenner y Washington Corozo (la última jugada de partido), pero se toparon con un Pedro Ortiz que se hizo gigante en Guayaquil. O mejor dicho, aunque hubo volumen ofensivo, la escasez de eficiencia fue notable.

¿Se regaló un tiempo?

Tiago Nunes sorprendió en Ecuador parando una línea de tres al fondo (Chávez, Ignacio, Lutiger) con dos carrileros (Sosa y Pasquini). Su idea era explotar las bandas, pero el equipo nunca se encontró. La conexión Sosa-Grimaldo no funcionó, el uruguayo no sentía la posición de lateral y por el otro lado la dupla Pasquini-Hohberg tampoco apareció.

Esto hizo que el brasileño replanteara su pizarra y en el segundo tiempo hiciera dos cambios puntuales para volver al 4-3-3. Sacó a Sosa por Franco Medina, un lateral neto; y a Lutiger por Jostin Alarcón para tener más conexión con la mitad del campo, que tampoco había mostrado mucho en la primera mitad; Yotún había sido absorbido y marcado.

El equipo fue otro a partir de los cambios. Medina se entendió mejor con Grimaldo y Alarcón se asoció más Yotún, quien con más tiempo y espacio distribuyó mejor. Al no poner a un lateral derecho neto desde el inicio y mantener su 4-3-3 deja al hincha ese sinsabor de que el mismo equipo del segundo tiempo pudo haber hecho mejor trabajo que el 3-4-3.

Una muralla atrás

Cristal luchó, tuvo el balón e intentó crear ocasiones de gol, pero todas acabaron en el mismo lugar, en las manos de Pedro Ortiz. El arquero de Emelec tuvo hasta cuatro paradas claves para evitar su caída, pero el ‘1′ no solo se hizo gigante, también su línea defensiva, que anuló en su mayoría a Brenner, Alejandro Hohberg y Joao Grimaldo.

La dupla Leguizamón-León en el centro y por las bandas Carabalí-Caicedo controlaron los ataques rimenses. Salvo ocasiones contadas, en las que la defensa dejó espacios, el resto de jugadas Emelec fue un cerrojo. Según Transfermarkt, Ortiz fue el mejor con un puntaje de 7.6, Leguizamón y Caicedo recibieron 7.3; Carabali, 7.0, y León 6.9.

Carecieron de efectividad

Si el arquero y la defensa de los ‘eléctricos’ estaban haciendo un buen partido, las pocas que jugadas de peligro de Cristal debían aprovecharse. Los rimenses, especialmente en el segundo tiempo, tuvieron la pelota y un par de acciones claves para empatar, pero no fueron eficaces.

Cuando faltaba media hora de juego, y tras un centro de Medina, Hohberg se encontró con el balón y cabeceó mal estando sin marca. Y ya cerca del final, con el equipo entregado al ataque, Brenner realizó una volea como ante Mannucci dentro del área, pero esta llegó débil a las mano de Ortiz. Y en la última jugada, el ‘7′ ecuatoriano se falló un disparo que terminó mandándolo al palo del portero de Emelec.

Estaba solo

Aunque frente a The Strongest fue el héroe marcando el gol de la victoria en La Paz, que a la postre terminaría dándole el pase a la Sudamericana, esta vez Washington Corozo tuvo a cargo el rol de ‘villano’ en Guayaquil. El extremo ecuatoriano fue uno de los últimos cambios de Nunes para intentar abrir el marcador y forzar los penales.

Sin embargo, Corozo no entró bien en el partido, estuvo en otro ritmo, intermitente y en su pies tuvo la jugada decisiva para alargar la serie. Era la última acción de partido y Grimaldo había dejado en el camino a tres rivales, se la pasó a Brenner, su disparo fue bloqueado y en el rebote, ‘Manchita’ se puo mano, pero su remate fue colocado al palo de Ortiz.

Pesó el gol en Lima

No cabe duda que sacar un resultado positivo en Ecuador iba a hacer una tarea titánica, más allá de lo que había hecho Cristal en otras presentaciones, pero el presente del equipo era distinto. En la ida, los rimenses jugaron un partido desdibujado y fueron neutralizado por un Emelec que se replegó, y en la que tuvo la mandó a guardar.

Ese gol de Ceballos en Lima pesó y mucho en el Nacional. En Guayaquil, el equipo no estuvo cómodo, más allá de tener el balón, y lamentó los goles fallados, tanto en la ida como en la vuelta. En una llave tan reñida como la que fue, errores puntuales marcaron la diferencia y le dieron el pase a los ‘eléctricos’.

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