La primera vez que Rafael Nadal fue número 1, tenía 22 años. Derrocó a Roger Fededer y conservó su trono por 46 semanas seguidas. No había duda de que ese era su lugar. Lo mismo sucedió las otras dos veces que llegó a lo más alto. Sin embargo, la cuarta es una historia distinta.
Desde hoy, el español vuelve a ser el mejor del mundo, en teoría. Porque eso dirá el ranking de la ATP, pero, a diferencia de hace un par de años, el ‘Rafa’ se sube al trono no tanto debido a su nivel, sino porque la suerte le sonrió: las lesiones perjudicaron a sus rivales.
Los más veteranos en llegar al número 1 del mundo
Murray y Federer, los únicos que podían parar su ascenso, debieron alejarse del circuito para recuperarse de dolores en la cadera y espalda, respectivamente.
Sin ellos, el español ganó los cuatro títulos que tiene en el año, todos en arcilla (Masters 1000 de Montecarlo y Madrid, Abierto de Barcelona y Roland Garros).
Lo que le falta este año a Rafael Nadal
Lo mismo ocurrió en Cincinnati. Fue gracias a la renuncia del suizo, su mayor competidor por la corona, que Nadal pudo salirse con la suya, a pesar de haber sido eliminado en cuartos de final.
“Para mí, volver a ser el número uno del mundo es especial. Han pasado muchas cosas desde que estuve al frente de la clasificación”, señaló el ‘Rafa’, quien vivió lesión tras lesión. Su físico ha mejorado y por ahora es suficiente, pero no bastará para retener la corona.
Su regreso al número 1