Llegó a Madrid como algo más que una promesa. Tenía 23 años, pero un palmarés para destacar. Había levantado una Champions, tres Premier Leagues y unos cuantos títulos más. Pero lo mejor estaba por llegar. Cristiano Ronaldo era la ‘bomba’ del mercado por la que Florentino Pérez hizo una locura y no se equivocó: diez años después, esa conclusión es incuestionable.
En el equipo blanco llegó sin ser ‘CR7’. Su primera dorsal sería la ‘9’, pues el número mágico estaba ocupado por una figura especial: Raúl González Blanco. Desde el primer día se le veía con hambre de gloria. Su deseo de superación ya lo convertía en un digno portador del escudo madridista, aunque los títulos hayan tardado en llegar: en su primer año fue segundo de LaLiga, eliminado en 16avos de la Copa y octavos de la Champions.
El golpe de efecto tardó en llegar para Cristiano Ronaldo. Claro, tuvo enfrente al Barcelona de Pep Guardiola, que no se cansaba de ganar. Además, el portugués había llegado a la tierra de un tal Lionel Messi, quien en la temporada anterior había conseguido el primer triplete en la historia del fútbol español. El reto era complejo y eso pareció motivar aún más a la 'Bestia' de Funchal.
Entonces, empezó una competencia por títulos y goles que hizo que el extremo rápido y gambeteador que había dejado Old Trafford, se transforme poco a poco en el 'depredador' más temido en su nuevo hábitat: el área. Karim Benzema era el delantero centro, pero Cristiano Ronaldo empezaba a demostrar, partido a partido, que es mejor llegar (desde la banda) que estar.
En Mestalla, en su segunda temporada con el equipo, un cabezazo suyo generó su primer título con el Real Madrid, al ganar la Copa del Rey en tiempo extra. Y la víctima fue nada más y nada menos que el conjunto azulgrana, que estuvo a un paso de repetir el triplete. Lo impidieron quienes, poco después, se convertirían en los mayores enemigos 'culés': José Mourinho en la Champions (con el Inter), y Cristiano Ronaldo en la Copa.
Los arqueros agradecen su partida
Los números de Cristiano Ronaldo ya eran altos, pero a partir de esa temporada empezaron a ser de locos. 29; 34: 38; 34; 30; 35; 36; 29; 27. Cifras que marcan los tantos del portugués en las nueve temporadas que estuvo en LaLiga (sin contar Champions y otras competiciones). Y al ver las estadísticas de la competición y del Real Madrid tras la primera temporada sin 'CR7', la diferencia es abismal.
El estadístico Mister Chip hizo notar que, primera vez desde la temporada 2008/09 –antes de que llegue Cristiano Ronaldo–, la liga española no superó la cifra milenaria en cuanto a goles ¿Coincidencia? No parece. Porque esto, en gran parte, se debe a que Real Madrid disminuyó su repertorio goleador, afectando el promedio de toda la competición.
Porque sus marcas no solo repercutieron en el Santiago Bernabéu, sino en toda la península ibérica. Antes de su llegada –y de la 'explosión' de Lionel Messi, la cual ocurrió solo unos años antes–, el máximo goleador del torneó hispano era un tal Telmo Zarra, futbolista del Athletic Club, quien defendió a los bilbaínos allá por los años 50’ y marcó 251 'pepas', inalcanzables durante más de medio siglo. Ahora, el vasco parece haber quedado en el olvido gracias a los registros de dos leyendas.
Cristiano Ronaldo se fue a Turín con 311 goles en la mochila, detrás de la cifra del argentino que sigue ampliando su leyenda en Barcelona. Dentro de ellos sumó 44 hat tricks (récord del fútbol español) y 316 victorias, lo que le otorga un 72% de efectividad en 438 partidos oficiales. A un año de su salida, el aprovechamiento del Real Madrid bajó a 59% (68 puntos de 114 posibles).
Además, lo que logró Mr. Champions en la Liga de Campeones es una historia aparte. Tres ‘Orejonas’ de forma consecutiva y cuatro en cinco años para el Real Madrid –además de la que ganó con Manchester United, en 2008–. Eso y ser el goleador histórico de la competición (126) lo hacen acreedor de dicho apodo. Y así como en 2009 Florentino Pérez celebró su fichaje, hoy tal vez se esté agarrando la cabeza por haber dejado ir a un goleador de época que hizo, del Santiago Bernabéu, el patio de su casa.
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