Quique Setién llegó a Barcelona tras un paso por el Real Betis. (Getty)
Quique Setién llegó a Barcelona tras un paso por el Real Betis. (Getty)

ADRIÀ COROMINAS [@adriacat]

Hoy empieza a rodar la era Setién. La apuesta práctica y contenida de Valverde da paso a un entrenador que recupera el discurso ‘cruyffista’. Y lo hace sin complejos, declarándose admirador de Guardiola y devoto de Messi.

A Setién –el último entrenador que ha derrotado a los blaugrana en el Camp Nou– le llega la oportunidad de sentarse en el banco de un club de máxima exigencia a los 61 años, sin experiencia al más alto nivel, sin títulos que le acrediten pero con tres máximas innegociables que encajan a la perfección con el estilo Barça: defender con balón, presión alta y llenar el medio del campo con jugadores de toque.

Con su llegada, vuelve el juego asociativo, las triangulaciones, las bandas abiertas para crear pasillos interiores y quién sabe si también la defensa de tres. El modelo parece estar asegurado, pero hay que ver cómo responde el equipo a su discurso y si es capaz de enderezar un conjunto que parece que se le acaba la inercia de la que ha vivido los últimos años. De momento ya ha generado ilusión. Ilusiona su idea de control a partir de la posesión, sobretodo viniendo de un fútbol más bien aburrido. Ilusiona teniendo en cuenta que el Barça todavía está en disposición de ganarlo todo, aunque visto lo visto, su labor principal será recuperar la mejor versión de sus jugadores porque, como él mismo dijo, si juegas bien los resultados llegan solos.

A partir de aquí, paciencia. Y que la revolución que tiene que haber dentro del vestuario sea a final de temporada.

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