A lo largo de los últimos años, de la cantera del FC Barcelona han salido varios jugadores que tenían el potencial de ser cracks mundiales. Sin embargo, tocaron techo muy rápido y terminaron jugando en los lugares menos pensados. Uno de ellos es Jeffren Suárez, aquel venezolano que se consagró con un gol al Real Madrid en 2010.
Considerado uno de los mejores jugadores de las divisiones inferiores del club azulgrana, el volante sudamericano dio el salto al primer equipo de la mano de Guardiola. Se ganó su absoluta confianza al punto que Pep decidió meterlo en un Clásico ante Real Madrid que los 'Culés' ganaron 5-0 en Camp Nou.
Jeffren marcó el gol de la 'manita' y su nombre pasó a ocupar varias portadas en el mundo. Especialistas creyeron que no iba a pasar mucho tiempo para convertirse en un indiscutible en el Barcelona, que ese gol al Madrid de Mourinho era el que faltaba para impulsar su carrera. Todos se equivocaron.
Pasó el tiempo y Jeffren dio señales que nunca iba a explotar. Guardiola no podía seguir confiando más en él y desde entonces se convirtió en un trotamundos sin la capacidad de consagrarse en un club. Pasó al Sporting de Lisboa en 2011 y en tres temporadas solo jugó 38 partidos con un saldo de tres goles.
En el año 2014 volvió a la Liga de España para defender la camiseta del Real Valladolid. Jugó mucho más, pero una oferta de K.A.S. Eupen de Bélgica marcó un retroceso en su carrera. Desde el 2017, Jeffren juega en el Grasshopper. Se ha establecido en Suiza y allí sí parece haber encontrado su mejor lugar.
Pese a no jugar en una de las mejores ligas del mundo, su palmarés es de admirar. Tres Ligas, una Copa del Rey, una Champions League, un Mundial de Clubes, una Supercopa de Europa y dos Supercopas de España. Pocos pueden presumir de tal hoja de vida.