Jesús Tomillero nació en un ambiente donde la tolerancia no era el principal valor que se practicaba. En un mundo lleno de dudas, debido a su orientación sexual, solo tenía una completa y certera convicción: convertirse en árbitro de fútbol.
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A base de esfuerzo y dedicación logró convertirse en el juez oficial de un partido, hasta que, llevado por el miedo, decidió ponerle fin a su carrera como árbitro. Se declaró homosexual y la reacción de los españoles fue reprochable: insultos, agresiones y descalificaciones.
"No aguanto más. Iba a los encuentros con miedo, y eso no puede ser. No sé qué voy a hacer ahora, pero no puedo seguir", anunció Tomillero el día en que tomó esta difícil decisión.
Cuando Tomillero tomó la valiente decisión de volver a las canchas y no abandonar la profesión que lo apasiona, se dio cuenta que la discriminación que lo había hecho retirarse seguía vigente. Y todo esto en un partido de infantiles de la Segunda División de Andaluza.
"Retírate que hay que ser maricón. Vete a Gran Hermano…", fue el insulto recibido por un aficionado que criticó la decisión del árbitro de cobrar un tiro penal.
Hoy en mi segundo partido oficial vuelven los insultos por mi condición sexual!! Lo peor de todo que es arbitro. pic.twitter.com/g0e74JLk9H
— Jesús Tomillero B. (@Jesustomille) 10 de septiembre de 2016
Jesús Tomillero, aparte de botarlo del terreno de juego, denunció en su cuenta de Twitter este suceso y recibió el apoyo de muchas personas. Es una lástima que por una decisión personal que no le hace daño a nadie, un árbitro
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