24 de setiembre del 2016. El Manchester City visitaba el Liberty Stadium por la sexta fecha de la Premier League. El partido culminó con una victoria por 1-3 a favor de los dirigidos por Pep Guardiola. Desde entonces, seis partidos y cero triunfos (tres empates y tres derrotas) ¿Se acabó la mentira del entrenador catalán? No lo creo.
► Guardiola llegó a su peor racha como entrenador tras derrota del City
El exentrenador del Bayern Múnich inició la temporada de la mejor manera posible. Diez triunfos en sus primeros diez partidos oficiales llenaban de elogios a un técnico que ya sabía que el camino era largo. "En algún momento vamos a perder" dijo en algún momento, prosiguiendo con "aún tenemos que mejorar". Los números eran positivos, pero el trabajo de Pep aún debía madurar.
En la segunda fecha de la Champions League, el City inició su mala racha. Un empate 3-3 ante el Celtic, en Glasgow, le quitaba el inicio perfecto a los de Guardiola. Luego, Tottenham, Everton, Barcelona, Southampton y Manchester United dictaban la peor seguidilla sin triunfos de Pep en todos sus años como entrenador.
"¿Piensas en cambiar?" le preguntó algún periodista en conferencia de prensa. "No, la forma que creo es la correcta me ha dado 21 títulos en siete años" respondió Guardiola. El formado bajo la influencia de Johann Cruyff conoce de los procesos, sabe de la importancia del tiempo y cree, sobre todas las cosas, que sus formas son las adecuadas para ganar. Aun así, no es un fundamentalista.
Guardiola siempre tuvo el sueño de llegar a la Premier League. Y llegó. Luego de pasar por la Bundesliga, el nacido en Santpedor recogió a un equipo inglés con mucho margen de mejora. En Alemania, precisamente, Pep dejó de lado esa noción de que solo podía ganarse a través del enredo de pases. El catalán creció y, sobre todo, aprendió a convivir con las transiciones, los centros al área y los goles de pelota parada.
Poco tiempo tiene en el Manchester City y ya lo quieren cambiar. Que su juego no va de la mano con la locura de la Premier o que no tiene a los futbolistas idóneos para hacerlo. Pep, sin embargo, se resiste. Su equipo ya juega desde abajo con el arquero, tiene un mediocentro único y busca el uno contra uno de sus extremos por la banda. Su grupo de jugadores presiona, empieza a "tener alma" y va primero en la difícil primera división inglesa. Sin embargo, le piden que vaya en contra de lo piensa.
El estratega también se adapta. En lo que va de temporada, Guardiola ha utilizado cuatro sistemas diferentes (en Alemania utilizó 23). Ha pasado de jugar con dos delanteros a hacerlo sin ninguno, ha buscado la profundidad sin laterales, como también los ha hecho trabajar como 'falsos interiores', pero, ante todo, ha respetado al futbolista. De Bruyne lo definió hace poco: "nos pide presionar, tener la pelota y ser libres".
Guardiola hace lo correcto. Mantener las convicciones bajo tantas presiones permite convencer a una plantilla que, ante la adversidad, se llena de dudas. Pep quiere que crean y que trabajen sobre lo que él pide. Quiere ser la cabeza de un proyecto que espera culminar con buenos resultados de aquí a tres años. Para eso, el entrenador 'citizen' no quiere cambiar. Para mantener el liderato, para potenciar la idea y, sobre todo, para dejar en claro, en un país impaciente, que las formas son importantes para vencer más de lo que se pueda perder.
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