Cuatro errores de la selección peruana de Reynoso que no deberían repetirse ante Paraguay

Una de las sorpresas en la previa el partido ante Japón fue la cantidad de variantes hechas por Juan Reynoso respecto al equipo que presentó en la victoria ante Corea del Sur y que, más allá del resultado, le funcionó en el trámite. A excepción de Pedro Gallese, Jhilmar Lora, Yoshimar Yotún y Paolo Guerrero, el entrenador realizó siete variantes en el once inicialista que, lejos de parecerse al que sería titular ante Paraguay, tuvo como finalidad experimentar con nuevos nombres.

Defensa descompensada

Una de las líneas que más ha variado el entrenador en estos últimos dos amistosos tanto en el planteo como en el replanteo es la defensa. Por el sector derecho, solo Jhilmar Lora fue titular en ambos partidos durante los 90 minutos y consolidó como una opción factible ante la ausencia de Luis Advíncula, quien sería el inicialista ante Paraguay y quien cuenta con más virtudes defensivas. Por su parte, el futbolista de Sporting Cristal quedó expuesto en los retrocesos al no contar con el apoyo en marca por parte de Sergio Peña sobre la misma banda.

En tanto a la distribución, es sabido que Juan Reynoso tiene cierta preferencia por utilizar la línea de tres centrales; sin embargo, tanto en el duelo ante Alemania como en la segunda parte ante Corea, se concluye que es una opción menos provechosa que utilizar la línea de cuatro con dos defensores centrales: Carlos Zambrano acompañado de Alexander Callens o Anderson Santamaría. Una fórmula menos riesgosa y con la que el equipo se reconoce más y mejor. Ya sobre el sector izquierdo, Marcos López se ratificó como un futbolista con más intención de salida, pero menos sacrificio de marca, por lo que si se prefiere tener más recaudo sobre todo al tener un extremo sin tanta labor de marca como Christian Cueva, Miguel Trauco sigue siendo el más indicado en dicho puesto.

Poco despliegue en bandas

Tanto para el esquema que mejor le resultó a Juan Reynoso (4-2-3-1) como para el que decidió usar ante Japón (4-4-2) es importante que los costados sean tomados por jugadores que se proyecten con velocidad. Ante Japón quedó demostrado que ni Christian Cueva ni Sergio Peña contaban con dichas características para abrir la cancha y servir de alimentadores a las referencias de ataque, sobre todo considerando que el rival es un equipo bastante físico y técnico cuyas transiciones siempre encontraron mal parados a los de Juan Reynoso.

En tal sentido, ante Paraguay, que también es un equipo bastante físico y que apela a las bandas junto con su buen juego aéreo, sería provechoso contar con André Carrillo y Bryan Reyna, según su presente futbolístico para aquel momento, como jugadores con esas características desequilibrantes y de uno contra uno. Por su parte, queda claro que la mejor versión de Christian Cueva es siendo un jugador por dentro que sirva de enganche y que no tenga el sacrificio físico jugar pegado a la línea. Su virtud es el buen pie por encima del recorrido.

Equipo sin marca y dos ‘9′

Otro de los errores ante Japón fue el mal planteo inicial contando a Gianluca Lapadula y Paolo Guerrero como doble referencia de ataque sin volantes (Christian Cueva y Sergio Peña) en buena sociedad con ellos por contar con buen pie pero sin tanto despliegue físico; sin embargo, la improductividad de colocar a dos delanteros también quedó expuesta por otorgar mucha ventaja al rival en el mediocampo contando solo con Wilder Cartagena como volante central natural acompañado de Yoshimar Yotún quien era el hombre de salida sobre todo a través de balones largos. El mediocampo era cedido a un rival mucho más veloz y, al no contar con el control de la pelota, tener a dos atacantes restaba la posibilidad de sumar en marca o presionar y quedaba la sensación de desperdiciar un puesto.

Por tanto, en caso Reynoso intente nuevamente colocar a dos ‘9′ desde el once inicial ante Paraguay, se debe reconsiderar cuánto control de la pelota tendrá el equipo a partir del mediocampo y las posibilidades de llegar alimentar a esa doble referencia de ataque. Aunque, en principio, una de las conclusiones más claras de los amistosos ante Corea y Japón es que el esquema 4-2-3-1 ha sido lo más factible tanto en el planteo como replanteo del equipo.

Replanteo tardío

Otra de las conclusiones que dejaron ambos amistosos es que sirve más iniciar el juego con un once consolidado y un modelo de juego que ya trajo buenos resultados, en comparación a arrancar con un once más inventivo y arriesgado. Si bien Juan Reynoso replanteó hacia la segunda parte y colocó a casi todos los titulares que jugaron ante Corea del Sur (Reyna, Flores, Gonzáles y Callens), ya se contaba con el marcador en contra por 2-0 y, para entonces, Japón tuvo la tranquilidad de poder esperar en su propio campo y salir a contraatacar con rapidez, una fórmula que le resultó y derivó en el tercer y cuarto gol.

En tanto menos se arriesgue desde el pitazo inicial en tanto a nombres y esquema, el equipo jugará a lo que conoce apelando a tener más control de la pelota, que es la manera en la que muestra su mejor versión, en lugar de tener un papel solo defensivo que no es su principal virtud tal como quedó expuesto en la mayor parte del juego ante Japón.

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