El manga 46 de Dragon Ball Super llegó con grandes sorpresas en la nueva saga de la Patrulla Galáctica. Recientemente se reveló que Moro ha eliminado a Goku y Vegeta sin problemas, todo gracias a que es capaz de absorber el poder de los saiyans y demás seres vivos. Pero ¿qué está haciendo Bills? ¿El Dios de la Destrucción podría salvarlos? Pues simplemente mostró indiferencia por lo que estaba sucediendo.
La última entrega de Dragon Ball Super muestra a Bills siendo indiferente con el destino del planeta Nuevo Namek, donde Goku y Vegeta cayeron víctimas del duelo ante Moro, un ser capaz de absorber la energía de planetas enteros.
Lejos de preocuparle, a Bills le emociona saber que el planeta se está muriendo y precisa que se encuentra aburrido, ya que no ha estado en actividad como Dios de la Destrucción. Todo este desarrollo de los Dioses de la Destrucción es algo que se incluyó en Dragon Ball Super para dar cierta trama a nuevos niveles de poder.
Whiss, el Ángel de la Destrucción, le pregunta si quiere o no dejar que la situación con Moro se desarrolle. Bills se hace el indiferente al explicar que no está interesado en un planeta sin comida. Esta actitud de mantiene, incluso, cuando Whiss le recuerda que Goku y Vegeta se encuentran en Nuevo Namek al borde de la muerte.