Khabib Nurmagomedov destacó estar arrepentido por los hechos acontecidos tras su victoria sobre el irlandés Conor McGregor en el T-Mobile Arena de Las Vegas, que le permitió conservar su título de los pesos ligeros de la UFC.
“Lo siento Las Vegas, lo siento Nevada. Yo no soy así, estaba caliente. Siento lo que pasó después de la pelea", señaló el peleador luego que la policía tuviera que intervenir al final del evento debido a altercados entre los combatientes y el público, hechos que colocan en riesgo su título y el premio correspondiente.
"El MMA es un deporte de respeto. Este no es un deporte donde se habla de basura. Quiero cambiar este juego. No se puede hablar de religiones y naciones en una pelea", señaló Nurmagomedov, quien argumentó su agresiva reacción contra McGregor.
"Habló de mi religión, mi país, mi padre. Vino a Brooklyn, rompió un autobús y casi mató a dos personas. Entonces, ¿por qué la gente todavía habla de mí saltando por encima de la jaula? He mostrado respeto", declaró este domingo el representante ruso. "Sé que mi papá me va a aplastar cuando regrese a casa", añadió.
Nurmagomedov, de 30 años, mantuvo su invicto (27-0-0, 11 de ellas en la UFC) luego de mostrarse muy superior a McGregor desde el principio, presionándolo en todo momento, superándolo desde el suelo y acabando con él en el cuarto round con un mataleón, una sumisión común en las artes marciales mixtas (MMA).
Tras la rendición de McGregor, Nurmagomedov se lanzó al rincón de su oponente, aparentemente para pegar al entrenador de su rival, Dillon Danis, lo que dio paso a una pelea multitudinaria en la que incluso un miembro del público subió al cuadrilátero a golpear al irlandés mientras éste se recuperaba, obligando a la policía a actuar.
Con información de AFP