La noticia de la suspensión de Mauricio Fiol cayó como un balde de agua fría. Tras una pelea de más de seis meses, el peruano finalmente supo su sentencia: 4 años alejado de cualquier competencia oficial tras dar positivo en el doping. Sin embargo, no es el único caso.
Pedro García Miró fue el primer peruano en fallar dicha prueba. Fue en los Juegos Panamericanos de La Habana 1991. El tirador perdió su medalla de plata por consumir Papanolo, sustancia que ayuda a estabilizar las manos.
El segundo llegó en la siguiente edición de los Juegos Panamericanos. En Mar de Plata 1995, Rolando Marchinares fue suspendido por dos años al dar positivo por Nandrolona, hormona que contribuye el crecimiento de los músculos.
Finalmente, y el más reciente de todos, es el caso de Gladys Tejeda. La atleta perdió la medalla de oro de en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 por consumir un diurético llamado furosemida. Fue suspendida por 6 meses por la IAAF hasta el 8 de marzo del 2016.
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