El derbi de Madrid se caracteriza por la fuerza en la disputa de cada balón, sino pregúntenle a Sergio Ramos, que ante el Atlético de Madrid estuvo apunto de anotar el primero para el Real Madrid pero un fuerte golpe en el rostro se lo prohibió.
Luego del pivotéo de Casemiro, Ramos tenía todo para convertir de cabeza; sin embargo, Lucas Hernández, en su intenta de despejar el balón, terminó impactando en el rostro del defensor, provocando que de inmediato la sangre empiece a caer de la nariz.
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Lo increíble fue que el árbitro del partido no cobró absolutamente nada. A pesar de permitir la asistencia médica a Ramos, el colegiado se hizo el de la vista gorda y no pitó penal, que era lo que correspondía.
Los dirigidos por el argentino Diego Simeone suman sólo dos triunfos en seis partidos desde que se inauguró el Metropolitano. Han perdido un encuentro y han empatado tres seguidos, de cara al compromiso ante el Real Madrid.