Akira Toriyama renovó su obra en el 2015, pero la esencia de Dragon Ball está intacta en la memoria de los fans. Esta obra se ha convertido en parte de la cultura popular. En especial Gokú, el querido protagonista de la serie, que evolucionó de ser un pequeño niño con ganas de luchar hasta ser el guerrero más poderoso de la galaxia por debajo de los dioses.
Y es que al principio Akira Toriyama no presentaba a muchas deidades dentro de su obra, pero fue en “Dragon Ball Super”, su más reciente trabajo junto a su pupilo Toyotaro, que llevó a la saga a otro nivel. Dioses por encima de dioses, ángeles, enemigos milenarios, magia, ahora la franquicia está llena de amenazas que Gokú y compañía deberán enfrentar, siendo consientes de que cualquier cosa puede pasar en el futuro.
Con todo esto en mente, parecería que más adelante habrían tantos momentos felices como tristes, ya que la serie se caracteriza principalmente por ser una montaña rusa de emociones para sus fans. Desde la primera muerte de Krillin hasta el sacrificio de Vegeta, existen muchas partes en donde más de un seguidor tuvo que hacer una pausa para dejar salir toda la emoción dentro de sí.
Pero, ¿cuál es el momento más triste o conmovedor de la franquicia? Si bien cada fan tiene su preferencia con respecto al hecho que más los emocionó, existe un consenso con respecto a un momento en específico con Gokú ya de adulto, uno que se encuentra en la nueva serie de “Dragon Ball Super”.
EL MOMENTO MÁS EMOTIVO DE “DRAGON BALL”
Como ya se mencionó anteriormente, “Dragon Ball” ha tenido muchos momentos tristes y profundos en su historia y de hecho estos han sido utilizados por el mismo Toriyama y los responsables del anime para impulsar a sus personajes más allá de sus límites. Sin embargo, el momento que ha sido elegido por los fans como el más triste o emotivo tiene más que ver con un pequeño fragmento tranquilo y no una muerte espectacular llenas de luces.
Estamos hablando del capítulo 94 de “Dragon Ball Super”, cuando aún los protagonistas intentaban saber qué hacer con lo que Gokú provocó al hablar con Zeno Sama, el Dios de todo. Resulta que en ese tiempo se realizaría el Torneo de los 12 Universos, donde el ganador tendría la recompensa de sobrevivir a la destrucción masiva que se acercaba.
Cada universo debería elegir a 8 luchadores, por lo que Gokú en ese episodio va en búsqueda de Freezer, quien es traído para pelear en lugar de Majin Boo. En este tiempo ya casi todos están listos para ir a la lucha, pero por un tiempo cada uno entrenó por su cuenta para estar lo mejor preparados a este torneo.
Es aquí donde sucede el momento más emotivo. En una escena, vemos a Gokú “entrenando” en el santuario de Uranai Baba, una que tiene una plataforma de entrenamiento. Él hace movimientos muy curiosos que más de un fan recordó al instante, mientras que otros no se dieron cuenta hasta ahora que muchos lo hacen evidente.
¿Qué pasó? Resulta que Toei Animation quería hacer un homenaje a lo que pasó en la primera parte de “Dragon Ball". En ella, Gokú todavía es pequeño y, por no hacerle caso a su abuelo, mira la luna y se convierte en un terrible Ozaru que termina asesinándolo sin control. Más adelante, el abuelo Gohan regresa para luchar con él y abrazarlo, para luego regresar al más allá.
La escena es corta y simple, pero al compararla con los movimientos que hizo Gokú pequeño cuando peleaba con su abuelito, nos damos cuenta que sus movimientos siguen siendo los mismos, o que directamente en el capítulo de “Dragon Ball Super” Gokú estaba recordando nostálgicamente a su abuelito.
Este es para muchos el momento más emotivo de todo “Dragon Ball”, ya que después de tantos años, su abuelito sigue siendo parte importante de su vida hasta el punto de ayudarlo en el momento más crucial de la supervivencia humana. Es un momento muy fuerte, pero camuflado en un simple entrenamiento de Gokú.