A pesar de solo haber tenido ocho peleas en la UFC, Brock Lesnar es considerado como uno de los mejores peleadores en la compañía. Ahora, siendo una estrella de la WWE, revela el problema médico que lo alejó de recuperar el campeonato de peso pesado.
Los primeros síntomas se hicieron evidentes tras la derrota ante Caín Velásquez en el UFC 121. Brock Lesnar fue noqueado en el primer round y no sufrió grandes lesiones, pero le tomó un año poder regresar al octágono.
30 de diciembre de 2011 fue la fecha de su última pelea en la UFC. Brock Lesnar se enfrentó a Alistair Overeem y perdió en menos de tres minutos. Su rival lo había estudiado bien y se dio cuenta que su punto débil era el área abdominal. ¿Qué ocurría en el cuerpo del excampeón?
Brock Lesnar sufría de diverticulitis. Se trata de un trastorno digestivo que origina bolsas en la pared del intestino llamadas divertículos. Cuando estas llegan a inflamarse, generalmente originados por golpes, generan un terrible dolor en el paciente.
"Siento que la diverticulitis me robó. Me siento robado por haber estado enfermo. Ustedes me vieron al 100% en mi pelea contra Randy Couture (UFC 91), pero la enfermedad empeoró. A mediados de mis campamentos de entrenamiento empecé a sentir que algo estaba mal. Había algo físicamente mal conmigo", reveló Brock Lesnar.
Su estado de salud era tan frágil que Brock Lesnar decidió renunciar a la UFC y volver a la WWE. "Fue injusto para mí. Hasta el día de hoy, no se si sería un luchador si no fuera por mi enfermedad. No estaría aquí, seguiría pateando cabezas en el octágono", dijo.
Cuatro años después de renunciar a la UFC, Brock Lesnar vuelve y asegura que quiere cobrarse la revancha. "No fue justo para mí irme por esta enfermedad. Ahora está controlada. Regreso por lo que me merezco: una segunda oportunidad", aseguró en una reciente entrevista. Mark Hunt debe cuidarse las espaldas el próximo 9 de julio.
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