La temporada 2004/05 ya había iniciado. En Sevilla se estaban preparando para un año histórico en la institución ¿Cómo no hacerlo? Con Dani Alves, Julio Baptista, Jesús Navas y –todos muy jóvenes– en Andalucía había algo de ilusión. Sin embargo, un gigante le había puesto el ojo a uno de sus proyectos y cuando eso pasa es imposible retenerlos. Tras la primera fecha de La Liga, su lateral derecho titular viajaría a la capital para ser nuevo refuerzo del .

Tras la llegada de los ‘Galácticos’ –Zinedine Zidane, David Beckham, Luis Figo, Ronaldo– era tiempo de contratar a algunos que no lo fueran tanto. Al fin y al cabo, la inversión realizada parecía no estar sirviendo para nada. Los años sin la Champions League empezarían a alargarse y el dominio liguero, poco a poco, se apoderaría del rival de toda la vida: Barcelona.

Un ‘flacuchento’, pero interesante lateral no parecía ser la solución. Sin embargo, hay sorpresas que llegan debajo de la manga. Su primera copa llegaría una temporada después (con el título de la La Liga 2006/07), pero la grandeza de su nombre empezaría a corearse en el Santiago Bernabéu, recién, una década después.

Siempre al diez

En el 2013 el reinado español parecía iniciar en el ‘Viejo Continente’. Real Madrid y Barcelona llegaban a las semifinales de la competición más importante de clubes en el mundo y las casas de apuestas les ponían todas las fichas. Sin embargo, el fútbol alemán les tendría una sorpresa. Mientras el Bayern Munich despachaba a los catalanes, el Borussia Dortmund daba la gran sorpresa eliminando a los ‘blancos’.

Después del 4-1 en el Signal Iduna Park, un 2-0 en la capital española no alcanzaría para llegar a Wembley, pero sí sería la precuela de un año después. El cabezazo de Ramos a los 88’ agrandaba la ilusión, pero el arco no se volvió a abrir y fueron los dirigidos por Jurgen Klopp, quienes terminaron pasando al partido definitivo que terminarían perdiendo ante el Bayern de Heynckes.

Las lágrimas del que ya era central quedaban en la retina de los hinchas madridistas. Un abrazo con el que era capitán en ese entonces, Iker Casillas, dejaba una espina de venganza para recuperar la corona europea y conseguir la tan ansiada ‘Décima’ que les era esquiva desde que ‘Zizou’ anotara un golazo para conseguir la ‘Novena’ en el 2002.

Pero como decía, un año después el sueño se completaría. Esta vez el cabezazo sí sirvió para algo. Ramos, otra vez, empataba las cosas en Lisboa sobre los 93 y le quitaba el gritó de campeón de la boca a los atléticos que acariciaban su primera ‘Orejona’ en la historia. Aquella fue la única de las que vendrían que no levantaría el ‘4’ (Casillas seguía siendo capitán), pero seguro que era la más importante.

Desde entonces empezó el dominio madridista en Europa. Un descanso la siguiente temporada –cuando la ganó el Barza– y después tres seguidas. Con la cinta de capitán, Sergio era el encargado de liderar un equipo histórico bajo la tutela de Zinedine Zidane en el banquillo. Luego la decimotercera, el sevillano tenía cuatro años como líder del vestuario y tres Champions levantadas. Nada mal.

¿Se acabó el ciclo?

Con todo lo que se puede conseguir en su palmarés, la etapa más gloriosa del Real Madrid en el siglo XXI parece haber llegado a su fin. La despedida de Cristiano Ronaldo quebró un proyecto deportivo que busca renovarse de cara a la 2019/20 y, después de una temporada para el olvido, en la ‘Casa Blanca’ tienen toda la intención de limpiar el vestuario.

Ramos tiene contrato hasta el 2020, pero en Europa ya lo tantean para que su liderazgo llegue a otros estadios. En España ya señalan que se cuestiona su futuro y que el Manchester United y PSG –dos equipos que quieren levantar proyectos importantes– han preguntado por su situación. Sin embargo, no son los únicos. Según medios españoles, su amigo Cristiano ya le habría hecho el guiño para que lo acompañe en Juventus. ¿Podría ser el momento indicado para salir?

Tras la catástrofe ante el Ajax –donde el capitán fue atrapado siendo grabado por un documental de Amazon– las críticas no tardaron en caer. Trece años después de haber dejado el Sánchez Pizjuán por el Bernabéu, Ramos puede pensar que es momento de dar un siguiente paso y no solo en la vida privada (se casará en julio con su novia), sino también en lo profesional.

En cualquier equipo del mundo, el zaguero tendrá espacio y como titular. Por eso, ya con 33 años –y un legado imborrable con la camiseta blanca– puede que haya encontrado la excusa perfecta para tomar un avión y respirar otros aires, y otros retos, en distintos equipos que tengan la misma hambre de gloria que siempre tendrá él.

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