El Manchester City lo hizo de nuevo. Por segundo año consecutivo logró conseguir el título de la Premier League en la última fecha. Un torneo que tuvo que pelear hasta la última fecha y donde volvió a entrar al podio de puntos con 98, solo detrás de los 100 que hicieron la temporada pasada. Un éxito que basa en una figura principal, Pep Guardiola, quien volvió a demostrar por qué es el mejor entrenador que tiene el fútbol inglés.
Aunque sea inevitable hablar del mérito que tienen entrenadores como Mauricio Pochettino, Maurizio Sarri, Unai Emery o Jurgen Klopp, hay argumentos de sobra para dejar al entrenador catalán en la cima de la tabla que comparte con los mejores. Empecemos a numerarlos.
1. Los títulos
Muchos quieren quitarle méritos porque "cualquiera saca campeón a esos equipos". Quizás sí, quizás no. Lo que no puede hacer cualquiera es ganarlos con tanta regularidad como lo ha hecho Pep. Las estadísticas lo defienden: tiene 26 títulos en su carrera profesional (10 años) y ya es el tercero más galardonado del fútbol europeo por detrás de Sir Alex Ferguson y Valery Lobanovski.
Es verdad, ha dirigido al FC Barcelona y Bayern Munich antes de llegar a Inglaterra. Son dos equipos con la obligación de pelear todos los títulos, sino ganarlos. Sin embargo, aunque algunos dirán que es innecesario, casi siempre que ganó lo hizo rompiendo todas las cifras.
Como 'azulgrana', el recordado sextete en un año calendario. En Alemania se convirtió en el primer entrenador extranjero en ganar tres Bundesligas, además de ostentar el récord de ganarla lo más rápido posible (25 de marzo) y en Inglaterra, los famosos 100 puntos que nadie había conseguido jamás.
2. Las formas
No se trata de tener la pelota, o no. Tampoco de desprestigiar otras ideas que se potencian con las características de futbolistas determinados. Simplemente ir hasta el final con las formas que sientes y, de esa manera, Pep ha podido destrozar toda liga que disputa.
Ahora, esas formas lo han llevado a ser merecedor de todo lo que hace y para eso están los números, que lo comprueban. En las 10 ligas que ha disputado, en cinco ha tenido el récord de goles con cifras que no bajaron de los 80 tantos y que tuvieron su pico con el Barcelona cuando llegó a los 114.
Su éxito; sin embargo, no se ha basado en los goles anotados, sino en los concedidos (para sorpresa de muchos). Aunque su idea se caracterice por ir al frente siempre, todos los equipos de Guardiola han tenido un enfermizo deseo por recuperar la pelota, forma más efectiva de defender para el entrenador español. De esa manera, sus equipos han sido los menos batidos en nueve de las diez ligas disputadas.
Muchas veces se lo preguntaron ¿Cambiarías tu estilo? A lo que él siempre respondió que, pase lo que pase, se va a mantener firme. Y es que quién va a querer cambiar una manera determinada si es que al final es la con la que has cosechado tantos trofeos. Al final, sus formas parecen más pragmáticas de lo que la mayoría de gente piensa.
3. Los jugadores
Los futbolistas saben que un entrenador exitoso es que le marca un antes y después en su carrera. Es cierto que muchos técnicos han conseguido potenciar el nivel de jugadores de su plantilla: 'Poch' hizo magia con los 'Spurs' y la sangre joven; Klopp llevó a Salah, Mané y Firmino a su máximo nivel y, así, encontrarás muchos ejemplos.
Sin embargo, en Guardiola sucede algo particular. Su intensidad de trabajo -por la que decide quedarse poco tiempo en los lugares que va- lo obliga a sacar lo mejor de cada futbolista cada tres días. Así se entiende la cantidad de victorias que suma en su palmarés y los gestos positivos que crea en sus jugadores.
En este Manchester City, por ejemplo, Raheem Sterling, Kevin de Bruyne, Bernardo Silva o Oleksandr Zinchenko son ejemplos de ellos. Jugadores con talento, que evolucionaron de la mano de Pep. A ellos tres les reconvirtió la posición y los hizo encontrar una regularidad nunca antes vista en sus carreras.
Sterling como goleador, De Bruyne como gestador del juego en el medio campo, Zinchenko como lateral izquierdo tras las constantes lesiones de Mendy y Bernardo Silva como pulmón y creador del equipo en el último cuarto de cancha. Así, más allá del título conseguido, Guardiola puede sentir un nuevo éxito en el crecimiento de sus jugadores.
4. La adaptación
Se han dicho muchas cosas acerca de la filosofía guardiolista. Que es un romántico, fundamentalista y no se cuantas más. La verdad es que el catalán es un estudioso como pocos y basa sus ideas en la competición a la que va y rival que enfrenta.
Dicho esto, podemos comprobarlo. Su Barcelona, teniendo a Xavi, Iniesta y Messi, podía acerca un juego posicional tal y como ha caracterizado al equipo 'azulgrana' desde la llegada de Cruyff. El juego por dentro era la tendencia y el '10' argentino terminaba finalizado la jugada, casi siempre con un gol.
En Alemania fue su primera experiencia fuera de su casa como entrenador. Tras cuatro años dominando el mundo como 'azulgrana', Guardiola tenía la valla altísima: hacer olvidar a Jupp Heynckes. Aunque muchos dicen que fue un fracaso porque no levantó la Champions, el Bayern alcanzó otro nivel de la mano de Pep.
Ahí, en un país donde las transiciones eran tendencia, el español innovó con la posición del 'falso lateral'. En lugar de utilizarlos por fuera, los hacía esperar dentro cuando el resto del equipo atacaba para frenar las contras en caso haya pérdida del balón. De esa manera, y agregando más tonalidades a su forma de ganar, Guardiola había dado un paso al frente.
Lo último llegó en Inglaterra, una liga caracterizada por el descontrol, todo lo contrario al estilo con el que llegaba el entrenador estrella del Manchester City. Su primer año fue complicado, la adaptación tardó más y las segundas jugadas -como se le llama- le causaron más de un dolor de cabeza.
Desde el segundo año, Pep cambió. No se cansó de entrenar cómo anular ese famoso estilo inglés hasta que lo hizo. Su equipo ya dominaba los tiempos en el mediocampo y empezaba a hacerse dueño y amo de la Premier League, como terminó demostrando en Brighton con su segundo título al hilo.
5. La influencia
Su llegada a los banquillos generó un hito en la historia del fútbol. En la época donde Mourinho parecía estar marcando tendencia a través de un estilo más defensivo, el catalán apareció con una forma totalmente contrapuesta y lo ganó todo. Desde entonces muchos equipos empezaron a tomar conceptos y los estudiosos se concentraron más que nunca en el análisis del juego.
Sería ingenuo pensar que Guardiola fue el responsable de los títulos mundiales de España y Alemania en 2010 y 2014, respectivamente. Sin embargo, no se puede negar que su trabajo terminó ayudando en algo a los seleccionadores nacionales de esos países, ya que en esos tiempos él trabajaba ahí.
Seis jugadores españoles en el once titular de la final frente a Holanda trabajaban con él y cinco alemanes en el partido decisivo contra Argentina. Incluso Low confirmó en algún momento que el "fútbol del Barcelona los inspiró".
Más allá de eso, en todos los países del mundo hay entrenadores que buscan tener similitudes con el estilo de juego del entrenador español. Ariel Holan en Independiente de Argentina, Maurizio Sarri con el Napoli y ahora Chelsea, Quique Setién en el Real Betis e incluso Nicolas Córdova en Universitario, como él mismo ha señalado.
Al fin y al cabo, Guardiola quedará en el recuerdo no solo por sus títulos y victorias en el fútbol de élite. Al igual que los mejores en la historia, Pep tendrá un lugar por su manera de ver el fútbol, su metodología de trabajo y su constante pensamiento de superación.
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