Facebook no es solamente esa red social en la que compartimos fotos, videos y memes. También es una plataforma a través de la cual podemos conocer historias que inspiran, historias que nos ayudan a tomar un impulso en la vida, como por ejemplo, la de Franck Ribery y la dura niñez que tuvo que atravesar.
A los pocos días de nacido, sus padres biológicos lo abandonaron en un convento de monjas al norte de Francia. Como si la vida ya no lo hubiese castigado suficiente, tal como se lee en un post viral de Facebook, el hoy crack del Bayern Munich sufrió un accidente de tráfico que lo dejó al borde la muerte.
Con solo dos años de edad, aunque no perdió la vida, Ribery quedó marcado con una cicatriz de 100 puntos en la cara. Se convirtió en su mayor tormento en el orfanato. No había quien no se burle de las secuelas del accidente. Lejos de responder, el francés se echaba a llorar en el más oscuro de los rincones.
"Sufría burlas de los otros niños y lloraba a escondidas porque me decían monstruo", contó Ribery hace un tiempo en una entrevista que se han encargado de recordar en Facebook. Aunque suene increíble, la cicatriz de su cara forjó su personalidad y en lo que menos piensa hoy es en borrársela.
Entre el acoso de sus compañeros del convento y el sueño de ser futbolista, los años pasaron para Ribery. Del orfanato lo echaron por revoltoso, aunque de todas formas quería irse. Empezó a ganarse la vida como albañil mientras seguía jugando de amateur en las calles de Boulogne-sur-Mer. Sin duda, una dura historia la que se lee en Facebook.
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