Ser jugador de fútbol implica sacrifico, el cual se ve recompensando con grandes réditos económicos. Es ahí donde algunos futbolistas decidieron usar ese dinero en fiestas y vida nocturna.
Un caso bastante recurrente es el de Adriano, delantero brasileño que pintaba para ser uno de los mejores del mundo. Sin embargo, su estado físico se vio deteriorado por sus constantes salidas nocturnas.
También está el caso de Ariel 'el burrito' Ortega. La figura de River Plate vio mermado su talento debido a la vida nocturna y constantes fiestas a las que asistía.