Ir de poco. Paso a paso. Subiendo escalón por escalón. Así suele ser la carrera de un futbolista profesional, o hasta de cualquier persona que empieza en la vida laboral. Hay excepciones, claro está, en las que el camino se torna un tanto diferente. En el que los picos llegan antes de tiempo y la realidad pasa factura un poco después, pero al final los ganadores se reponen y vuelven a relucir.
Tras el título del 2013 con Universitario, la carrera de Christofer Gonzales parecía estar encaminada al éxito. Con solo 21 años, ‘Canchita’ había sido pieza clave del equipo de Ángel Comizzo que terminó venciendo en la final a Real Garcilaso. Aquel año fue su mejor en cuanto a regularidad, ya que jugó 42 partidos, en los que anotó seis tantos.
Su edad, nivel y continuidad lo convertían en un prospecto muy interesante para la selección peruana. Sergio Markarian ya lo había llamado a inicios de ese año para los amistosos ante México (0-0) y Trinidad y Tobago (3-0), donde se estrenó con gol ante los caribeños sentenciando la cuenta en el minuto 83’ después de que Yordy Reyna y Paolo Hurtado anotaran los dos primeros del partido.
Gonzales era un ‘10’ de muy buen trato de pelota. A su gambeta y velocidad le había sumado gol. No había razones para no ilusionarse con un jugador que estaba destinado a entrar en la nómina de la selección recurrentemente para los años que venían; sin embargo, en el 2014 su nivel bajó y la caída libre del que parecía el jugador franquicia de la ‘U’ –junto a Raúl Ruidíaz– empezó a consumarse.
Una nueva oportunidad
Cuando el ‘boom’ de ‘Canchita’ ya había pasado, desde Chile vieron algo. El Colo Colo pagó por él y una nueva esperanza se abría en su carrera. El camino en el conjunto crema ya había caducado y era momento de encontrar nuevos horizontes en el país del sur.
En el ‘Cacique’; sin embargo, no la hizo. Pablo Guede intentó potenciar al jugador peruano desde la banda izquierda, pero nunca encontró la regularidad que hubiese querido en uno de los más grandes del país ‘mapochino’. Al final, entre cesiones que lo hacían volver al fútbol peruano, Christofer nunca se terminó de adaptar en el exterior.
Su momento ya había acabado. Era algo confirmado para todos. Su futuro parecía estar destinado a equipos de media tabla para arriba. César Vallejo y Sport Rosario contaron con su servicio, pero ya era uno más del montón. El 2013 quedaba muy lejano y la selección parecía una utopía para el futbolista que había tocado la gloria en Huancayo.
Pero así como todo se puso en contra para él, una nueva oportunidad se le abría en Arequipa. Melgar era un equipo competitivo desde hace años y puso los ojos en él tras su paso por Huaraz. En el ‘Dominó’, desde la banda izquierda y a pie cambiado encontró uno de los mejores niveles de su carrera en la segunda mitad del 2018. Incluso en las semifinales, ante Alianza Lima en Matute, se lució y anotó uno de los tantos en el empate 3-3.
El buen final de año hizo que los grandes y Ricardo Gareca le ponga los ojos encima. Entre Universitario, Alianza Lima y Sporting Cristal se pelearon por traerlo a la capital peruana, pero el pase seguía perteneciendo a Colo Colo. Tras un trueque Gabriel Costa-Christofer Gonzales, el volante peruano sería, desde inicio de año, nuevo refuerzo de los celestes. Ahí mantuvo el nivel, a pesar de una lesión que lo alejó un tiempo de las canchas, y convenció del todo en La Videna.
El gran salto
Tras un gran año, su carrera volvió a girar 180 grados. El 2013 sí que había quedado atrás, pero también su paso por los equipos de media tabla. Ahora vestía la camiseta del campeón peruano, jugaba Libertadores y estaba entre los posibles convocados a la Copa América de Brasil. El talento siempre lo había tenido, pero esta vez, por fin, mantenía la consistencia.
Cuando Gareca confirmó los 23 nombres que viajarían junto a él al país de la samba, sí que sorprendió la presencia de ‘Canchita’. Aunque estaba en el universo de convocables, nada lo tenía por encima de Aquino o Wilder Cartagena. Pero tras los dos amistosos previos al debut ante Venezuela, el hincha confirmó que el ‘Tigre’ no se había equivocado.
Como regresando al año en el que fue campeón con la ‘U’, en la selección versión 2019, Gonzales fue probado por el medio y no decepcionó. Con la franja en el pecho ya no tenía de aliado a la línea de cal y empezaba a demostrar que en el tumulto de piernas él puede marcar la diferencia. Un pase, una aceleración y hasta con llegadas al área fue que el ahora futbolista de Cristal convenció al profe que él tenía que ser titular.
Contra Venezuela, Gareca cambió de sistema, en parte, para que el jugador que le llenó los ojos esté presente en la cancha. Y no decepcionó. A pesar de que le anularon el gol que abría la cuenta en el Arena do Gremio, ‘Canchita’ fue de lo mejor que tuvo la selección en Brasil. Ahora solo queda mantener el nivel y evitar que esa carrera llena de picos (altos y bajos) mantenga una velocidad crucero. Talento, como sabemos, tiene de sobra.
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