En el fútbol, como en la vida, hay dos formas de tomar decisiones o elegir un equipo. Una es la vía fácil y que elige la mayoría, cómoda, segura y sin apenas sobresaltos. Otros, toman la vía difícil, la minoritaria, aquella que da más sufrimiento, pero a la vez aporta mayor intensidad en las alegrías. Los aficionados del RCD Espanyol son, por derecho propio, los más meritorios de este segundo grupo al representar la “Maravillosa minoría” de Barcelona, como reza su lema.
Este orgullo que alberga el tercer club más antiguo de LaLiga Santander, tiene su templo en el que es uno de los estadios más jóvenes, el RCDE Stadium, inaugurado hace 9 años. Un campo de primer nivel para un club que entiende el sentimiento ‘perico’ como algo más que fútbol, llegando a significar todo para sus aficionados en vida, y en este caso, también tras ella.
Y es que el RCDE Stadium es uno de los tres estadios españoles que cuentan con un columbario, el Espai Memorial RCDE: un espacio de 1.000 metros cuadrados, repartidos en tres pisos, destinado al eterno reposo de aquellos socios y socias que viven o vivieron intensamente el sentimiento blanquiazul.
Alojado en una esquina del estadio, cuenta con 5.000 nichos disponibles, cada uno, capaz de sostener hasta 4 urnas. Individuales, o familiares, aquellos que deseen descansar eternamente a la vez que celebran los goles del Espanyol, ya pueden hacerlo. Esta filosofía de valorar y recordar a cada aficionado también se extiende, como no podía ser de otra forma, a los jugadores.
Es en este momento, cuando sale a la luz una de las historias más tristes, y a la vez, más emotivas del fútbol español. Dani Jarque, el que era capitán del Espanyol y uno de los centrales más prometedores de España, fallecía repentinamente en aquel fatídico 8 de agosto de 2009. Desde entonces, la puerta 21 lleva su nombre en honor a su dorsal.
Además, en cada minuto 21 de todos los partidos como local del Espanyol, aficionados y banquillos local y visitante se alzan para realizar una atronadora ovación de un minuto. Por si fuera poco, también quedará para la historia aquella celebración de Iniesta en la final del Mundial de Sudáfrica, donde la camiseta interior de Andrés lucía el mensaje: “Dani Jarque, siempre con nosotros”.
Estos sentimientos son los culpables de que ser perico vaya más allá del propio deporte y, de la misma forma, el RCDE Stadium representa mucho más que un estadio. Ubicado entre Cornellà y El Prat, motivo por el cuál tomó este nombre en su inicio, hablamos de un campo plenamente innovador en tecnología, diseño y usabilidad.
Concebido como un elemento de creación de nuevas infraestructuras y de interrelación de los ciudadanos, el estadio incluye un centro lúdico familiar y equipamientos que van más allá del recinto deportivo. Con capacidad para unos 40.000 espectadores, llaman la atención sus gradas azulonas y por supuesto, el diseño.
Limpio y contundente, de geometrías claras, con una fachada concebida como un telón flotante y translúcido con los colores del club que se ilumina al anochecer. La cubierta, formada por placas fotovoltaicas que suponen un ahorro energético importante, hacen del RCDE Stadium uno de los más eficientes y respetuosos con el medioambiente de LaLiga. Valores que hacen que, como el recuerdo de aficionados y jugadores, pretenden y consiguen hacer que el sentimiento perico sea eterno. Porque no hay nada como ir contracorriente cuando tienes claro el rumbo.