Se podría decir que es el ‘relojito’ en Lobos BUAP. Como si fuera recién salido de una fábrica de una marca suiza, Pedro Aquino luce toda su clase frente a los más conocedores de México. Con apenas 22 años, el ex Sporting Cristal parece un comandante en el mediocampo del equipo recién ascendido en el fútbol mexicano. Pedro debe ser uno de los jugadores que más recupera balones (23.3) por partido en la Liga MX, y a eso le sumamos que siempre toca a un compañero, abre el campo y hasta mantiene una visión propia al jugador moderno.
Si la lesión de Renato Tapia ha preocupado a todos los hinchas peruanos, al punto que el Feyenoord ha señalado que agotará todos los esfuerzos por recuperar al volante defensivo, la presencia de Aquino es una especie de seguro para Gareca. Ante el mayor accidente, Pedro entrará a resarcir el daño de una salida. Debe ser el recambio más indiscutible de la Selección.
Siempre con la cabeza fría, con el pie derecho listo para cortar y con toda una destreza física que puede comparársele con los atletas en las maratones, Pedro destaca en el balompié azteca y esperemos – si le tocan minutos en el repechaje – que sea una garantía Perú frente a Nueva Zelanda. La calidad le sobra con los pies y su carácter es distinto al jugador peruano promedio: Aquino no se conforma con solo haber llegado al extranjero, tiene de hambre de querer trascender en el fútbol internacional y de llegar a la élite de Europa.
Tan solo ver su ímpetu y la forma de cómo juega durante los 90 minutos. Aquino llega al límite en cada partido y quizás esa es la razón por la que es amonestado constantemente. En el presente Apertura, el mediocampista recibe una amarilla cada dos partidos, siendo este el punto a corregir para la siguiente temporada. Por ahora, y como dicen de él en cada partido, su techo aún y probablemente no lo veamos en Lobos para el Clausura. Eso esperemos.