Muchas veces escuchamos a personas decir: “solo es fútbol”, “¿por qué te emocionas tanto con el triunfo?”. Claramente, ellos no conocen y no han vivido lo que realmente mueve a este deporte: la pasión.
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Esta emoción es lo que mueve al hincha sudamericano, una pasión que lo lleva a pensar que el lugar en el que se desarrolla el fútbol, no es simplemente un estadio, sino un templo.
Hacer retumbar este recinto es su tarea primordial. Llenar el estadio, corear el nombre de su equipo y dejar la garganta llena en el alma a la persona que sabe que al día siguiente irá a trabajar, pero siempre pensando que el próximo domingo hará lo de siempre: alentar a su equipo.
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