La primera vez que vi jugar a Raúl Ruidíaz fue en 2008, en Segunda. Estaba en el América Cochahuayco (filial de la ‘U’) y enfrentaba al desaparecido Hijos de Acosvinchos. Ese día anotó un golazo: desde la media cancha, a pura velocidad, no paró hasta colgar al portero. En ese torneo anotó cinco tantos y fue clave para que su equipo no se fuera a la liga distrital de San Luis.
Pasaron nueve años y Ruidíaz no ha perdido la costumbre de aparecer cuando las ‘papas queman’. Ahora, con Morelia, no se cansa de demostrarlo. Tras salvar del descenso a su equipo en el último minuto del último partido de la temporada pasada (siendo, además, bicampeón de goleo con 20 ‘pepas’), hoy lucha por darle un título a su equipo, que no gana nada hace 17 años.
El ‘9’ registra 11 goles en el Apertura y, lo mejor de todo, sigue ‘tocado’ para los goles claves. “Monarcas es uno con Ruidíaz y otro sin él”, dijo hace unos meses Roberto Hernández, su técnico. Qué visión tuvo. Sigue celebrando, ‘Pulga’.
Eso sí, esa ‘leche’ para los goles importantes, tiene que comenzar a hacerse más común con la bicolor. Por ejemplo, su gol con la mano ante Brasil, que significó el pase de la ‘sele’ a cuartos de la Copa Centenario, no se olvida. Su registro de tres tantos en 26 duelos con Perú, tiene que motivarlo a brillar en Rusia 2018. Así como es la ‘Pulga’, quien se tiene harta confianza, va romperla.