Se acaba el 2018, un año para dar muchas gracias. En primer lugar, porque nos dio la alegría de volver a una Copa del Mundo. Si bien no pasamos a la segunda ronda, dejamos una buena impresión y regresamos a casa con un triunfo, gritando los goles de André Carrillo y Paolo Guerrero. Por si fuera poco, la hinchada peruana ganó el título mundial a la simpatía y la buena onda.
Segundo, por la gran temporada que completaron los jugadores peruanos que más destacan en el exterior. Como Jefferson Farfán, que campeonó con el Lokomotiv en Rusia; Andy Polo, que llegó a la final de la MLS con los Portland Timbers; y Raúl Ruidíaz, que se mudó con sus goles de Monarcas Morelia a Seattle Sounders, con gran éxito en ambos clubes.
Tercero, porque en el torneo local –bien ganado por Sporting Cristal– asomaron figuras que alientan la esperanza. Además de Jairo Concha, la nueva joya de San Martín, este 2018 vimos sobresalir a tres jóvenes goleros de proyección: Patricio Alvarez, Steven Rivadeneyra y Patrick Zubczuk.
Cuarto, por la excelente performance de nuestros deportistas en algunas disciplinas en las que saldremos a disputar medallas en los Panamericanos de Lima. Alexandra Grande en karate, Diego Elías en squash, Daniela Macías en bádminton, Gladys Tejeda en atletismo y Piccolo Clemente en surf son algunas de las estrellas peruanas para los próximos Juegos de Lima que ratificaron estar en gran nivel.
Quinto, porque nuestros luchadores siguen abriéndose paso a nivel internacional. Además de las hermanas Shevchenko, que siempre llevan una bandera peruana, este año vimos en acción a cuatro peleadores peruanos en la UFC: Enrique Barzola, Claudio Puelles, Humberto Bandenay y Jesús Pinedo.