La era Pablo Bengoechea comenzó y el equipo del uruguayo no pasó el examen en su primer partido realizado en Matute. Alianza Lima cayó 2-0 ante Palestino de Chile en la ‘Noche Blanquiazul’. Sí, es una derrota de la que deben aprender los íntimos.
1. Mejor asociación y menos individualismo
Alianza Lima fue un equipo con poquísima ideas al momento de construir jugadas de cara a los últimos 15 metros del campo rival. Luis Ramírez, Luis Aguiar y Germán Pacheco nunca se encontraron, porque fallaron en su intento de tocar en primera, elegante y fluido. Consecuentemente, los íntimos apelaron al individualismo. Y en el uno contra uno no fueron superiores, simplemente porque Palestino, sin maltratarse el peinado, fue más ordenado e inteligente en la última línea para recuperar grupalmente (siempre con dos hombres encima de uno) el balón de un rival desesperado y presionado por anotar. Como Lionard Pajoy, que peleó solo casi todo los balones y no ganó ninguna.
Desde mi perspectiva, Alianza Lima hoy no tiene un típico ‘10’ y Pablo Bengoechea se equivocó al otorgarle la responsabilidad de armado de juego a Luis Aguiar, que no suma un partido oficial hace más de 6 meses. Ojo: tampoco pido a uno de esas características. No hace falta. Pero no todo se soluciona con entusiasmo. Como el de Alejandro Hohberg, el más aplaudido de la noche debido a su temperamento y perseverancia por anotar.
2. Equilibrio emocional
Ganar los domingos para escribir tranquilo poesías durante la semana es lo que hoy busca Alianza Lima. Si bien es cierto, la presión de los hinchas íntimos hace mucho ruido. Pero sin ellos o con ellos, Bengoechea y su verbo persuasivo de tranquilidad a sus jugadores debería primar y hacerse fuerte en el camerino a lo largo de las semanas. Porque una derrota en un partido de preparación no puede ser motivo suficiente para la generación de insultos y denuncias públicas.
3. Asimilar rápido la idea de juego
César Menotti, campeón del Mundo con Argentina en 1978 asegura: "Tu obligación no es ser campeón del mundo, tu obligación es saber cuál es la idea de juego.".
Si bien es cierto, Alianza Lima aún no asimila bien la filosofía de Pablo Bengoechea. El técnico es pragmático, de poco floro y mucha garra charrúa. Y en la medida que el plantel no asimile todo esto, Alianza Lima será sumergido en la mediocridad. No por los 10 años sin títulos, sino porque no entiende y defiende a muerte un estilo, su nueva identidad. Y sin identidad, no hay nada. El fútbol necesita corrección, dice Ángel Cappa. Y Bengoechea está a tiempo.
Alianza Lima: el increíble mosaico que prepararon los hinchas íntimos