La historia es dura dice que la Selección Peruana nunca le ha ganado a un vigente campeón del Mundial. Pero hubo una tarde en que todo Lima se paralizó al frente de las radios, pues parecía que llegaría nuestra primera vez. Un 10 de marzo de 1959, la bicolor debutó en la Copa América con un luchado empate a dos goles ante el Brasil de Pelé, que venía de ganar en Suecia 1958, con Juan Seminario como nuestro gran héroe.
Juan Seminario, nacido en Piura, era el puntero izquierdo en el quinteto ofensivo, considerado el mejor de la historia de la Selección Peruana. Nadie en Lima vio el partido en vivo, pero los cables y transmisiones que llegaban desde Argentina lo convirtieron en la estrella de la noche, al marcar dos buenos goles al arquero Castilho, ganador del Mundial en tierras suecas.
Perú llegó a la Copa América de 1959 con uno de los mejores equipos de su historia. Asca en el arco, Fleming, el 'Conejo' Benítez y José Fernández como defensas, De La Vega y Grimaldo en la volante, y una delantera de lujo: 'Huaqui' Gómez Sánchez y Juan Seminario como punteros, 'Miguelito' Loayza junto al 'Toto' Terry de interiores y el punta Juan Joya. Este fue el once elegido por Gyorgy Orth para el estreno.
El Monumental de Buenos Aires era testigo de un partido típico. Con ocho futbolistas campeones de la Copa del Mundo nueve meses antes, Brasil derrotaba 2-0 a Perú con goles de sus dos grandes cracks: Didí y Pelé. Los hinchas ya imaginaban una nueva catástrofe para nuestro combinado patrio.
Todo cambió al minuto 80. Terry le da un pase a Joya, quien se la entrega a Gómez Sánchez. 'Huaqui' entró al área por derecha y mandó un centro hacia Seminario, que estaba al lado izquierdo. La pelota pasó por arriba de Bellini y el 'Loco' disparó de una, pese a la marca de Paulinho. Golazo y se soñaba con un milagro.
Solo pasaron 120 para la sorpresa de la noche. Terry hace una pared con Joya, quien le entrega el balón a Seminario. El 'Loco' estaba en el corazón del área y otra vez la mandó de zurda sin que Paulinho pueda hacer algo. Era el 2-2 y hasta una victoria peruana dejaba de ser un sueño descabellado. "El resultado del partido ha sido mucho más de lo que esperábamos", declaró Orth al final del encuentro.
El camerín peruano fue una fiesta, pues el empate tuvo sabor a triunfo. Esta alegría se trasladó a todas las calles de nuestro país, ya que todos los hinchas de la Selección Peruana celebraron el punto ante los campeones del mundo. Las calles se convirtieron en el centro de la alegría de todos, quienes no vieron el partido en vivo pues fue televisado en diferido. La cinta del partido llegó en avión y se vio un día después.
Así sea en diferido, era la primera vez que podíamos ver un partido de la Selección Peruana por televisión. Esa extraña caja gigante con una pantalla al medio que ya 'invadía' las casas en el Perú comenzaba su romance con nuestro fútbol, una historia que dura hasta hoy.
Son tres empates, ocho derrotas y ningún triunfo nuestra cosecha ante selecciones que defienden el título de campeón del Mundial. Aquella noche del 10 de marzo de 1959, la ilusión de que podíamos ganarle a uno de los mejores planteles de la historia estuvo presente en cada fanático de la bicolor. Esa misma que nos hace siempre creer y alentar cuando juega la bicolor.
Juan Seminario jugó por la Selección Peruana desde 1956, a los 20 años, hasta 1959, cuando emigra desde Deportivo Municipal al Sporting de Lisboa y nunca más volvió a ser convocado, como varios de sus compañeros que jugaron en el exterior. El atacante regresó al fútbol peruano en plena Eliminatoria a México 1970, pero Didí jamás lo consideró en las nóminas.