El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, fue uno de los invitados para asistir a la denominada 'final del mundo' entre River Plate vs. Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores 2018. Sin embargo, el directivo abandonó Buenos Aires con un sabor amargo y podría darle un 'golpe' a toda Sudamérica de aquí a unos años.
Los incidentes violentos en las inmediaciones del Estadio Monumental de Núñez en Argentina y la actitud de algunos malos hinchas dentro del escenario decepcionaron al titular del ente rector del fútbol en el mundo.
Según el portal de AS, luego de lo vivido en carne propia, Infantino ve casi imposible asignar la responsabilidad a Argentina y Uruguay de organizar el Mundial 2030. Ambos países son candidatos para convertirse en sedes del torneo.
El alto directivo de la FIFA retornará a la Argentina para asistir a G-20, la reunión de los países más potentes del mundo, invitado por el presidente Mauricio Macri, quien antes presidió el club pero en Boca Juniors.
La presencia de Infantino iba a ser clave en dicha cumbre para hablar sobre las bondades de organizar el Mundial 2030 en tierras sudamericanas. Pero los actos violentos cambian el panorama frente a los líderes más importantes del planeta.
Antes de los lamentables incidentes en la antesala al River Plate vs. Boca Juniors, Argentina y Uruguay partían como los grandes favoritos, pues, entre otros detalles, en 2030 se cumplen 100 años del certamen y el país 'charrúa' fue sede la primera sede del Mundial.
La situación complicada ha colocado a España, Portugal y Marruecos (quieren organizar el torneo en conjunto) en una posición favorable, señala AS.