Es en los momentos de mayor tensión en donde salen a relucir los principales líderes. Dejan de ser figuras y se convierten en el referente a seguir para sus compañeros. Cristiano Ronaldo asumió este papel previo a los penales entre Portugal y Polonia por los cuartos de final de la Eurocopa Francia 2016.
Miraba a cada uno de sus compañeros, buscándolo. Lo quería para asegurar un penal. Finalmente lo vio agazapado, diciéndole sin palabras que prefería no patear. Desconfiado. El crack del Real Madrid lo arengaba y trataba de convencerlo.
"Anda patea, anda patea. Tu pateas bien. Sé fuerte. Vamos, vamos. Está en las manos de Dios ahora", le decía Cristiano Ronaldo a Joao Moutinho. Este último tal vez recordaba aquel penal fallado ante Iker Casillas en la semifinal de la Eurocopa hace 4 años.
Finalmente aceptó y fue el tercero de Portugal en lanzar el penal. La seguridad en su disparo fue gracias, en parte, a la confianza depositada por la máxima figura de su selección. Se quitó la espina del tiro fallado en el torneo anterior y terminó festejando.
Así Portugal pasó a las semifinales de la competición. Aquí chocará contra Gales. Todos se refieren a este partido como el duelo entre los cracks del Real Madrid, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale. Uno de ellos jugará el domingo ante un campeón del mundo, Alemania o Francia.
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