En Sporting Cristal “no están satisfechos” con los delanteros que contrataron, según afirmó el mismísimo miembro de la Comisión de Fútbol, Michael Debakey. Ni Irven Ávila, ni Diego Ifrán, ni Rolando Blackburn han colmado las expectativas de la directiva. Y en la reserva celeste entrena a modo de castigo su goleador: Ray Sandoval.
¿El joven de 22 años de edad sería la solución? No se sabe. Ni él mismo lo sabe, ni lo sabrá, si sigue cometiendo excesos. Pero lo cierto es que Ray Sandoval alcanzó un registro estadístico bastante interesante: marcó 4 goles en 7 partidos disputados. Evidentemente, es uno de los goleadores del cuadro de ‘Chemo’ del Solar, junto a Diego Ifrán. Pero el valor agregado de Ray se desprende precisamente de su adaptación por todo el frente de ataque (incluyendo la volante).
Es decir, Ray Sandoval no es un típico ‘9’ como el uruguayo o el panameño, pero sí un habilidoso, movedizo y capaz de desgastar rápido a los defensas con esa imprescindibilidad para arrancar por derecha, por izquierda o por el centro. O en el área o por el medio campo, donde sabe asociarse, conducir o burlar con facilidad, como un Irven Ávila pero con gol.
Si su solidaridad para recuperar balones la aplicara Sandoval para ayudarse a controlar sus demonios internos, fuera un jugador más que interesante y hasta con chances de ser convocado a la Selección Peruana para los partidos ante Bolivia y Ecuador. Especialmente a este último, que se jugará en la altura, precisamente donde saber ‘flotar’ el ex Real Garcilaso.
Lástima que no lo vimos un poquito más en las pantallas de Fox Sports, con más minutos encima (por el Torneo de Verano), más afianzado en el equipo de ‘Chemo’, más maduro y, sobre todo, creyendo en su titularidad en un torneo donde las papas queman y la exigencia es mayor. Pero sus malas decisiones lo condujeron a una congeladora para recuperarlo para mañana, un verso repetitivo y desgastado en nuestra cultura futbolística: la del ‘julgo’ peruano, en la que se habla de “recuperar” a Alexi Gómez, Reimond Manco y otros.
Algo que sí comparto con Michael Debakey es que “los goles cuestan”. Claro, se debe invertir, pero formando a los tuyos y apostando verdaderamente por ellos. No como se hizo con el delantero Alexander Succar, que se fue prestado a San Martín y hoy la rompe con los ‘santos’. Fue el delantero que estuvo en las narices de todos y nadie quiso ver. Al menos ya lleva más goles que Blackburn y Ávila juntos: 5 tantos.
El futuro es hoy.
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