Ricardo Gareca pisó el palito y Claudio Pizarro parece que no se lo perdonó. Una lucha mediática de dos nombres propios del fútbol peruano en los últimos años que termina generando bandos opuestos ¿Quién tiene la razón? Quizá no sea cuestión de apuntar con el dedo, sino de buscar la causa y efecto de la molestia del argentino y entender que lo del jugador del Werder Bremen no es algo personal.
Después de la Copa del Mundo del año pasado, el ‘Tigre’ habló con Depor. Para entender lo que se debate hoy en día en las redes es importante recordar una declaración que, en ese momento, dejó Ricardo. “No solo depende del rendimiento de un jugador su llamado. Vemos la adaptación al grupo en el día a día, su integración. También, analizamos el deseo que este muestre por defender la camiseta de su país. A veces se dan declaraciones que no son las ideales, yo no soy de decirle a un jugador qué es lo que tiene que decir, pero sí me apoyo en lo que habla. Por eso digo que las convocatorias dependen de un todo”, contó.
Gustos y colores aparte, la sentencia de Gareca en la conferencia de prensa previa a la Copa América es una consecuencia de lo dicho a este diario ¿Por qué? En la pretemporada del equipo alemán, previo al inicio de la Bundesliga 2018/19, el Twitter del Werder Bremen inició un cuestionario hacia Claudio Pizarro, dentro del cual se le preguntó al peruano sobre si seguía pensando en volver a la ‘bicolor’. Como se observa en el tuit adjuntado, esta fue la respuesta del delantero.
Hoy en día, Claudio lo niega. Parece que la calentura del momento lo hizo tener declaraciones innecesarias, pero el sol no se puede tapar con un dedo. Casi un año después, y en un muy buen momento del peruano a pesar de sus 41 años, Gareca se agarró de ello. ¿Pudo solucionarse mejor el problema? Sí, una reunión y tema aclarado. Al final no se hizo y la bomba terminó explotando en las puertas de un torneo internacional, algo que repercute negativamente en la preparación de La Videna.
Con los puntos aclarados, recapitulemos en casos similares que terminaron perjudicando a futbolistas y su deseo –todos lo tienen– de vestir los colores de su país. Unas cuantas demostraciones, por qué no, de que el tema con el ‘Bombardero’ no pasa por una lucha de egos, como algunos la quieren llamar
Se les soltó la lengua
Todo se soluciona hablando y, literalmente, muchos de las situaciones que se mencionarán a continuación se terminaron resolviendo en una mesa, cara a cara. Pero, durante un momento, a pesar de no tener la misma repercusión –Pizarro es el mejor jugador peruano en el extranjero– pasaron lo mismo que el eterno ‘14’ de la ‘blanquirroja’.
“El hecho de que ciertos entrenadores tienen ciertas preferencias y los otros muchachos están jugando bien. Así que si no me llama ahora, probablemente nunca lo hará”, dijo Alexander Callens cuando no era de los ‘preferidos’ por el estratega argentino. Meses después, y tras reuniones con el comando técnico, el zaguero del New York City es parte de la lista de 23 para la Copa América.
Con Cristian Benavente sucedió algo similar. Tras su partida al fútbol egipcio, el ‘Tigre’ declaró no gustarle el movimiento del hispano-peruano, a lo que el ‘Chaval’ respondió sin pelos en la lengua. “La verdad es la selección no es mi prioridad ahora mismo. Ahora pienso en acomodarme en mi club y estar feliz”. Cuatro meses después, el volante del Pyramids no será parte de la excursión peruana en tierras brasileñas.
Casos así se han dado en montones. Incluso hasta Alejandro Hohberg –que parece no ser del gusto de Gareca– tuvo palabras que, probablemente, lo alejaron de la Videna. Cuando se oficializó su llegada a Universitario, el extremo no se dejó querer, para decirlo de alguna manera, por la selección. “No pienso en la selección, solo estoy enfocado en la ‘U’”, comentó.
Las palabras calman
Pero así como las palabras han tenido efectos negativos en ciertos personajes, también han servido para que otros puedan hacer las paces. De esta manera, el argentino ha demostrado no tener nada contra nadie, sino más bien tener un discurso que defiende a capa y espada, más allá de las opiniones mediáticas que quieren desbalancearlo.
El primer caso se dio con Luis Advíncula. Tras ser castigado por actos de indisciplina, el lateral derecho mostró su arrepentimiento y sus ganas de volver, algo que convenció al entrenador y a todos sus hinchas. “Me equivoqué y quiero volver. El profe está sentando un precedente conmigo para que nadie lo vuelva a hacer. Ahora debo remar el doble para estar”, comentó el ‘Rayo’ al programa Días de Fútbol en aquel momento.
Lo mismo sucedió con la actual nómina de Carlos Zambrano, quien volverá a defender a la selección después de tres años. En septiembre pasado, en el amistoso ante Alemania, el central del FC Basel mostró todas sus cartas para convencer en La Videna. “Voy a dar todo de mi parte para regresar”, era lo principal que escribía el ‘Káiser’ en su cuenta de Instagram.
Aunque son casos diversos –Pizarro no está involucrado en ninguna situación de indisciplina–, las palabras parecen ser el primer paso para abrir la mente de un entrenador que tiene unas normas inquebrantables desde que llegó a la capital peruana en el 2015. No sabremos lo que pasará con Claudio –le queda solo una temporada en Alemania–, pero lo que sí está claro es que las confrontaciones, en la Videna, no llevan a nada.
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