En el fútbol, nadie conoce tan de cerca a Christian Cueva, excepto Víctor Rivera.
El DT puede estar en Chiclayo y Cueva en cualquier parte del mundo, pero esa conexión de "padre e hijo" es tan fuerte como el espíritu santo que se forjó en San Martín de Porres, cuando era 2008.
En aquel año, 'el Chino' ya se había graduado con honores como técnico campeón del fútbol peruano pero 'Cueva' era todavía el 'Cuevita' de 16 años que entrenaba en la San Martín, luego de jugar la Copa Perú con Huamachuco.
Entonces, Cueva entrenaba por las mañanas con uniforme blanco en Santa Anita al lado del primer equipo. Mientras que él hacía huachas durante la sesión de fútbol, Víctor Rivera asumía el rol de mediador para tranquilizar los ánimos de sus defensores que intentaban propinarle una golpiza a un atrevido por excelencia, apodado 'Chavito'.
"Yo tenía que ser el mediador de las peleas, pero luego le explicaba a sus compañeros que esas jugadas sumaban para el equipo. De esa manera, Cueva ayudó a obtener un bicampeonato", nos dice un emocionado Víctor Rivera.
Los días avanzaban y Rivera- me cuenta- se convencía, cada vez más, de hacer debutar a un entusiasta imperfecto pero con mucho futuro. Y fue así que un día antes del debut, se animó a conversar con Christian Cueva por un pasillo.
- "¿Por qué quieres debutar en primera división?", pregunta Rivera.
- "Porque quiero jugar por Perú, para luego ir a Europa", responde Cueva.
La Selección Peruana siempre fue la obsesión de Christian Cueva.
A partir de ese momento, la carrera de Cueva despegó y Víctor Rivera lo aconsejaba a diario junto al argentino Pepe Díaz, uno de los refuerzos que contribuyó a vencer al poderoso River Plate de Diego Simeone.
"Pepe Díaz siempre lo aconsejaba. Lo tomó como su ahijado. Yo le decía que lo oriente. Todos nos dimos cuenta que era un talento y no se podía perder en el camino", agrega Víctor Rivera.
EL NUEVO CUEVA
Han pasado 8 años de aquel episodio y Víctor Rivera junto a Christian Cueva ni siquiera se han dado cuenta del tiempo, porque las llamadas y mensajes dotados de consejos nunca dejaron de llegar a sus celulares, pese a la distancia. Cueva le dice desde Estados Unidos "hola, papá" y Rivera responde desde Chiclayo con un "hola, hijo".
El primero está de vacaciones y el segundo acaba de firmar – tal vez – el contrato más importante su carrera: con Sao Paulo de Brasil, lo cual justifica su crecimiento futbolístico, duela a quien le duela.
Pero, ¿qué factores influyeron en una decisión trascendente? Su esposa y su hija. "Ellos le han cambiado la vida, lo han hecho madurar. Ahora es más sabio y centrado en el crecimiento de su carrera. Ellas lo han hecho mejor persona", destaca Rivera.
¿Ahora entienden por qué Cueva buscaba como loco una cámara para celebrar un golazo ante Ecuador con un beso en el tatuaje impreso en su antebrazo izquierdo? Porque allí lo acompaña su "hijita hermosa", como la llama en cada publicación de Facebook.
Mientras Víctor Rivera camina en el silencio de la humildad por el Perú buscando más jóvenes para seguir aportando talento a las selecciones, Cueva sigue asimilando su liderazgo en una Selección Peruana con apellidos nuevos.
Cueva ya dejó de ser 'Cuevita'.
Golazo de Christian Cueva es comparado con uno del holandés Dennis Bergkamp
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