Infografía: Marcelo Hidalgo
El Mundial es la fiesta máxima para todos los hinchas del fútbol. Millones de hinchas esperan pacientemente cada cuatro años para delirar con cada partido. Pero la decisión de la FIFA de ampliar el número de participantes, de 32 a 48, ha generado el rechazo casi global. Ojo que no es la primera vez que la Copa del Mundo sufre una mutación de esta manera.
El Mundial de 13 equipos
Uruguay es la segunda nación más pequeña de América del Sur, pero no fue impedimento para ser la primera sede de un Mundial. Tras una serie de críticas al presidente de la FIFA, Jules Rimet, por preocuparse más por el negocio (irónico que esa época ya se hacían esas acusaciones), no hubo marcha atrás en esta decisión.
En aquellos años el fútbol olímpico era el torneo más importante, sumado a la crisis muchas selecciones rechazaron jugar el primer Mundial. Incluso, no se realizó el sorteo hasta que todas las delegaciones estuvieran en suelo uruguayo, a inicios de julio. Todo fue tan apurado que el estadio Centenario no estuvo listo para la inauguración.
Solo 13 países jugaron el Mundial de Uruguay 1930: siete de la CONMEBOL, cuatro de la UEFA y dos de la CONCACAF. Fue la única edición que no tuvo eliminatoria previa. La selección local salió campeón tras ganarle 4-2 a Argentina en la final.
Empezó la turbulencia
El Mundial de Italia 1934 tuvo el estreno de las Eliminatorias: 27 selecciones en 26 partidos probaron su suerte y 16 lograron clasificarse. Se incrementó en tres el número de participantes, en comparación a cuatro años antes.
La declive comenzó en Francia 1938. Tan solo 21 selecciones lucharon por 15 cupos. Fue la etapa preliminar con menos partidos (21) y menos goles (96) en la historia. Aún así, tuvo más selecciones que 1930, pero una menos que 1934.
La Copa del Mundo tuvo una para obligada de 12 años, regresando en 1950. Solo 19 países participaron en las Eliminatorias, la cifra más baja, y seis quedaron fuera. El Mundial volvió a Sudamérica en 1950, y también a tan solo 13 participantes.
El bendito orden
El francés Jules Rimet dejó su cargo de 33 años como presidente de la FIFA el 21 de junio de 1954. Coincidencia o no, ese mismo año los Mundiales entraron en una armonía con los cupos. La edición de Suiza 1954 se jugó con 16 selecciones, y se mantuvo así hasta Argentina 1978.
En contraste al no incremento en los cupos al Mundial, las Eliminatorias sufrían un acelerado incremento de participantes. La ronda preliminar de Suiza 1954 contó con 33 países en 57 partidos contra los 95 en 252 encuentros para Argentina 1978. Era imposible mantener una cifra tan baja para tantos países.
Los Mundiales que conocemos
La FIFA incrementó en 24 los cupos al Mundial de España 1982, ante la alegría de todos pues "ya era hora de que sean más países". Esto generó que, por ejemplo, se incrementen los grupos y los mejores terceros clasifiquen a la siguiente ronda, algo muy confuso para los hinchas.
Estados Unidos 1994 fue el primer Mundial con tres puntos por partido ganado, pero el principal cambio llegó en Francia 1998. João Havelange, ya en sus último años como presidente de la FIFA, decidió ampliar el número de participantes a 32.
El formato de 32 selecciones, parecido a la Champions League o Copa Libertadores, es el que los hinchas estamos acostumbrados. Los dos mejores de cada grupo pasan a octavos de final, y empieza la eliminación directa, simple como eso.
En paralelo, el número de selecciones en las Eliminatorias no para de subir. En España 1982 superó el centenar de países con esperanzas de llegar al Mundial, y en 2010 llegó hasta 200. En el camino a Rusia 2018 están participando 210 selecciones.
La Naciones Unidas solo cuenta con 193 países miembros, la FIFA, 211. El máximo ente del fútbol supera a la mayor organización internacional del mundo.
Pero como todo, por razones buenas o malas, cambia, la FIFA acordó realizar el Mundial 2016 con 48 participantes, e inició una nueva confusión en el formato. El italiano Gianni Infantino argumentó que quiere darle oportunidad a más selecciones de formar parte de la fiesta del fútbol. Volvamos a acomodarnos.