Luego de la aventura (y hoy leyenda varias veces contada) en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, la Selección Peruana no tardó mucho tiempo en volver a las canchas. Argentina debía organizar la Copa América de 1937, que empezó un año antes, y Perú dijo presente con algunas dudas: no se sabía si podía participar y buscaban impedir jugar de noche. Lo mal organizado que estaba el fútbol en la época se vio reflejado en la travesía a tierras gauchas, donde Perú debió dejar la camiseta blanquirroja por emergencia.
Camino difícil
La Selección Peruana participó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 demostrando un buen nivel futbolístico. Le ganó 4-2 a Austria en los Cuartos de Final, pero tras un reclamo de los europeos (No, Hitler nada tuvo que ver con esto), Perú se retiro del torneo. El presidente Óscar Benavides recibió a los deportistas en Palacios de Gobierno como verdaderos héroes, y la población coincidió en que la 'dignidad' había ganado.
Este retiro le costó caro a la Selección Peruana: la FIFA suspendió a la bicolor y era una incógnita si iba a participar en la Copa América de 1937. La delegación nacional viajó hasta Argentina con la duda si jugarían o no, pero tras el congreso de dirigentes recibió la luz verde para jugar.
En esa misma reunión se hizo el fixture de la Copa América. La Selección Peruana debutaba ante Brasil en la cancha de San Lorenzo el 27 de diciembre al borde de las diez de la noche. Los dirigentes nacionales reclamaron el horario: el 'Scracht' ya estaba acostumbrado a jugar con luz arficial, mientras que la bicolor jamás lo había hecho. Los organizadores no tomaron en cuenta el pedido, pues jugar a esa hora era más rentable.
El partido (y el cambio de camiseta)
La oscuridad no fue motivo para que miles de personas asistan a ver el partido entre peruanos y brasileños en el estadio Gasómetro. Albeto Denegri, exmundialista con Selección Peruana y ese día el entrenador, mandó su once de lujo: Juan Valdivieso en el arco, Alberto Soria y Arturo Fernández en la dupla defensiva, Carlos Tóvar, Vicente Arce y Orestes Jordán al medio, José María Lavalle, Adelfo Magallanes, Teodoro Fernández, Alejandro Villanueva y José Morales, la línea de cinco en la delantera.
El reloj ya había pasado las 10 de la noche cuando se dio inicio al partido. La Selección Peruana jugaba por primera vez con luz artificial y, al parecer, empezaron dormidos ya que Roberto anotó el primer gol brasileño a los siete minutos. Afonsinho marcó el segundo a la media hora, ante un once peruano confundido, tratando de adaptarse a este nuevo panorama futbolístico. El medio tiempo llegó con el 2-0 en contra.
En el descanso, Alfredo Vargas, el árbitro chileno, no ocultó su dificultad de dirigir a dos selecciones de camiseta blanca, con la única diferencia de la franja roja en Perú, así que uno de los dos debía cambiarse. La logística deportiva que conocemos no existía en 1936, así que ninguna selección contaba con indumentaria alterna o algo parecido. ¿Cómo solucionar esto?
Fue fácil. San Lorenzo, equipo que jugaba en el estadio Gasómetro, cedió sus camisetas, y la Selección Peruana fue la elegida para vestirlas. Así, Perú salió a la cancha con una vestimenta de franjas color azul y gránate, sumándose como un modelo inédito de nuestro conjunto patrio. Pese a los goles de 'Lolo' Fernández y 'Manguera' Villanueva, Perú perdió 3-2 ante Brasil, pero el primer partido de noche quedó para la historia.
También sucedió ante Chile
El 21 de enero de 1937, la Selección Peruana debía enfrentar a Chile en su penúltimo partido en la Copa América. Ambos equipos vestían camiseta blanca en aquella época, así que esta vez el árbitro, José Bartolomé Macías, fue precavido. Perú volvió a vestir la camiseta de San Lorenzo, esta vez durante todo el partido que acabó en empate 2-2. El viaje de la 'bicolor' a Argentina se tiñó de azulgrana.
LEE TAMBIÉN