Dicen que lo que se hereda no se hurta, y no hay mejor ejemplo de ello que el hijo de Floyd Mayweather, Zion. El joven celebró su cumpleaños número 16 y tiró la casa por la ventana.
El joven recibió a sus invitados con mesas de billar, habitaciones para tomar fotos a 360° y máquinas de billetes. Sus amigos entraron en dicha cabina y se quedaron con todos los billetes que consiguieran recolectar en 30 segundos.
Pero el mejor regalo fue, sin duda alguna, el de su padre. Floyd Mayweather le dio un Mercedes-Benz del año. Nada mal para quien recién podrá sacar licencia de conducir.