River Plate superó a Boca Juniors por 3-1 (5-3 global) y levantó este domingo campeón de esta controvertida Copa Libertadores marcada por la violencia ocurrida en Argentina y su traslado fuera de Sudamérica.
Dos goles en la prórroga del colombiano Juan Fernando Quintero (90) y Gonzalo 'Pity' Martínez (120+1) dieron la victoria a los 'millonarios' que con un tanto de Lucas Pratto (68) igualaron el gol inicial de Darío Benedetto (44) y forzaron una prórroga que Boca terminó jugando con nueve por la expulsión del colombiano Wilmar Barrios (92) y la lesión de Fernando Gago.
En un partido reñido, la batalla se dio en el césped y en la tribuna, con miles de hinchas de ambos clubes animando sin parar con bombos, bufandas, banderas y pancartas que teñían de blanco y rojo y azul y dorado los dos goles opuestos del estadio donde no se registraron incidentes.
Nada que ver con lo ocurrido en el Monumental, cuando un grupo de hinchas radicales de River atacaron con piedras y gases lacrimógenos el autobús de Boca, causando heridas a dos jugadores y llevando a la Conmebol a desplazar el encuentro a Madrid.
Después del 2-2 registrado en la ida el lejano 11 de noviembre, en el primer tiempo ningún equipo consiguió desplegar su juego si bien Boca fue más incisivo, especialmente en jugadas de estrategia.
Su capitán Pablo Pérez, uno de los heridos en el Monumental, dispuso de dos ocasiones claras pero quien desequilibró el encuentro fue el delantero Darío Benedetto que al filo del descanso culminó un contraataque tras deshacerse con un toque de su marcador y superar con un preciso disparo a Franco Armani.
El segundo tiempo, en cambio, fue de claro dominio de River, especialmente tras la entrada del colombiano Quintero. Los "millonarios" cercaron el área rival y después de varios acercamientos peligrosos consiguieron empatar con una jugada combinativa concluida por Pratto.
El marcador no se movió y el partido se fue a la prórroga. Con un hombre menos por la expulsión de Wilmar Barrios apenas empezar el tiempo extra, Boca rechazó las acometidas de River hasta que Quintero enganchó un disparo con la zurda que se coló al fondo de la red después de acariciar el larguero.
Con Boca con nueve jugadores por la lesión de Fernando Gago y lanzado sobre el área rival, Gonzalo 'Pity' Martínez consiguió el tercer gol que cerró definitivamente el encuentro.
LA PREVIA DE LOS MEMES.
La vuelta de la final se trasladó a Madrid tras los desmanes que malograron su disputa en Buenos Aires hace dos semanas. Varios jugadores de Boca resultaron con heridas horas antes del partido cuando hinchas de River agredieron con piedras, botellas y palos el autobús que llevaba a los xeneizes al estadio Monumental. La ida, con Boca de anfitrión en La Bombonera, se saldó con un empate 2-2.
El que los dos grandes de Argentina no hayan podido culminar un cruce inédito por el título continental es visto como una deshonra. Pero las circunstancias y obstáculo a lo largo del último mes solo han servido para dejar en evidencia la violencia y el caos imperante en el fútbol argentino.
Ondeando banderas y hacienda retumbar tambores, los fanáticos de Boca fueron a saludar a los jugadores a su hotel tras un entrenamiento. Mientras que la hinchada de River se congregó al anochecer en el centro de la ciudad, entonado cánticos tradicionales en la icónica Plaza del Sol.
“Ojalá podamos tener algo del ambiente que hubiéramos tenido si el partido hubiera sido en Argentina”, dijo Nacho Sorroche, un fanático de Boca que reside en Madrid. “No será lo mismo, pero creo que será lindo”.
Boca busca coronarse por séptima ocasión en la Libertadores y así alcanzaría al también argentino Independiente como los clubes más laureados del torneo. No se consagra desde 2007. River ha salido campeón tres veces de la copa, la última vez en 2015.