En 2015, Gianluca Lapadula, hasta ese momento un desconocido, llamó la atención de los medios. Nacido en Italia, pero de madre peruana, el delantero era el goleador del Pescara en la Serie B italiana (anotó 30 goles en la temporada).
Por ello, previo a la Copa Centenario, Ricardo Gareca le propuso la oferta de jugar por la bicolor, pero el ‘tano’ declinó el ofrecimiento para esperar el llamado de la ‘azzurra’. “Me siento italiano”, dijo. Lo convocaron (jugó un amistoso), pero bajó su nivel y, posteriormente, la ‘nazionale’ quedó fuera de Rusia 2018.
Pero así como él, no son pocos los futbolistas que, ya sea por línea sanguínea (abuelos, padres), tiempo de residencia, migración u otros factores, han enfrentado este duro dilema: ¿a qué selección defender?
Se supone que en semejante decisión el ‘bobo’ es el que manda. Sin embargo, existen también historias frívolas, en las que el criterio empleado fue, por ejemplo, la conveniencia: nivel de la ‘sele’ y de los compañeros, la oportunidad de ser titular, etc.
Claro, como en toda decisión, existe el riesgo. Y, a nivel de países, el más grande es no ir al Mundial. A algunos les salió la ‘jugada’ y estarán en Rusia 2018 pese a que el ‘bobo’ eligió el camino más difícil –el marroquí Hakim Ziyech es un ejemplo–. Otros eligieron la vía fácil –el ‘Mudo’ Vázquez o Daniel Osvaldo, ‘ches’ nacionalizados italianos solo para tener minutos– y el tiro les salió por la ‘culata’.
A continuación, entérate de los casos más sonados.