Se trata del refuerzo más eficiente y el que se adaptó más rápido al equipo. Muchos necesitan tiempo para evolucionar, sino miremos el caso del uruguayo Luis Aguiar. Pasó de ser pifiado a aplaudido por su goles. O de Gonzalo Godoy, que le costó ser el ahora titular. O lo de Germán Pacheco, que todavía todavía no encuentra el camino de la confianza. 

Pero lo de  es totalmente diferente. Su inicio es arrollador, no solo por sus goles, sino porque su condición de volante lo llevó a ser determinante para conseguir dos triunfos ajustados. Claro, pocos equipos gozan de esa ventaja, porque muchos buscan afuera lo que tienen adentro. Y el ojo del técnico de fue clave en esta operación exitosa pero costosa para una administración juiciosa para fichar.

Ni bien se puso la blanquiazul, Ascues se transformó por completo. De hecho, en Melgar, club del que procede, Juan Reynoso lo colocó varios partidos en el medio campo. Ni siquiera hizo goles. El estratega lo hizo su hombre ancla, pero su principal preocupación giró en torno a la recuperación de balón. Nada más. Por eso, el ‘Cabezón’ también lo utilizó como defensa central a lo largo de la fugaz participación en Copa Libertadores.

Sin embargo, Bengoechea entendió que el casi 190 cm de Ascues no solo sirve para reducir al contrario, sino que su oficio de defensa es importante al momento de definir ante colegas que piensan igual, pero no tienen alma de delantero, como Carlos, cuyo físico y técnica creció en su paso por la escuela alemana. ¿Qué otros tenemos con esas características en el Torneo Descentralizado? Ninguno.

Allí respiró la exigencia de la competencia, vio de cerca la prudencia para defender con clase, entendió también que se necesita ser una máquina de inteligencia para definir como su compañero André Schürrle, el delantero que hizo llorar al ‘Scratch’ con dos goles en el Mundial del 2014.

Independientemente de los resultados que se consiga en el futuro, Bengoechea es el gran gestor del actual momento de Ascues. Esta vez, ratificó su confianza a un defensa que parecía estar al borde de desaparecer. El ‘Profe’, tal y como lo hizo en la Selección, lo volvió a llenar de confianza y le dio, a sus 25 años de edad, la última oportunidad de volver a ser protagonista en un torneo que lo ayudará a volver a salir. Pero esta vez, deberá tomar mejores decisiones.

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