Las entradas para este torneo costaban entre 6 y 15 soles. No había mucha expectativa, pero Universitario de Deportes, que había formado a un equipo con mucho roce en primera división, empezaría a avanzar y a dejar en el camino a rivales que, en el papel, llegaban con más posibilidades.
Así los cremas se abrieron paso venciendo a Jorge Wilsterman, Nacional de Uruguay, José Terán y Alianza Lima (semifinal), que llegaba de golear 5-1 a Flamengo y tenía como futbolistas resaltantes a Yordy Reyna, Cristopher Soto y Carlos Olascuaga, para llegar a la gran final y enfrentar al super favorito, Boca Juniors.
El 26 de junio del 2011 la reventa elevó los boletos populares de 6 a 50 soles y los que costaban 15 los llevó hasta los 150. Un abuso, pero ese día no importó. Desde varias horas antes del partido las familias cremas comenzaban a llegar a la cancha. No era un día cualquiera, era uno que podría ser histórico.
El partido empezaba a las 4 de la tarde, pero en las tribunas ya había comenzado por lo menos desde la 1. La gente no paraba de cantar y se había esmerado, revelando un trabajo planificado de varios días, en convertir al Monumental en una 'olla de presión', que al final sería vital en la tanda de penales.
Así desde el arranque los pupilos de Javier Chririnos sintieron la responsabilidad. Juego frontal en busca del gol de la tranquilidad que, para su suerte, no demoraría en llegar. A los 23 minutos, Álvaro Ampuero marcaría la diferencia con un tiro libre colocado que se coló por un ángulo del pórtico 'Xeneixe'.
El festejo duraría poco porque a los 46, Rossi igualaría para los argentinos. Ahora tocaba sufrir. Boca presionaba y Universitario se defendía haciendo de la contra su mejor arma. Un par de ocasiones para cada equipo y final. Todo se definiría en penales.
Aquí más que Cáceda y todos los chicos cremas que lo hicieron muy bien. La hinchada jugó un rol importante. Para mala suerte de Boca el sorteo determinó que la definición por penales se realice en el arco norte, lugar en donde la Trinchera ya había comenzado con una presión alucinante.
El primero en patear sería Sergio Unreín. Su seguridad, a simple vista, era casi nula, su rostro mostraba nerviosismo y sus pasos hacía la zona de penal fueron lentos. A la hora de patear, miró primero a la tribuna y después su remate estremecería el travesaño. Ventaja para la 'U'.
Luego le tocó a Christopher Franco, quien con mucha seguridad pondría el 1-0. Todo bien. Después fue el goleador de Boca, Imbert, y no defraudó: igualó la cuenta. Mimbela puso el 2-1 y Achucarro el 2-2 rápidamente. Romero, con confianza, puso el 3-2 y Brian Flores, de Boca, desperdiciaba su oportunidad.
Todo dependía del siguiente penal y la responsabilidad era de Mauricio López. Un respiro hondo y una camina al centro del área sin mirar a nada, excepto al balón. Era joven, inexperto y estaba a punto de hacer historia, sin embargo, actuaba como un experimentado. Escogió hacía donde patear y solo se le vio correr a celebrarlo con la hinchada.
Ya pasaron 5 años, pero este momento no sale ni por un instante de la mente de todos los cremas. Todo el país celebró esa tarde, en la primera edición del torneo, Universitario de Deportes hizo respetar su rótulo de copero y se coronó como campeón de América. Todos esperan que esta alegría regrese pronto.
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