Un puente separaba a la plaza central en Saransk del Mordovia Arena. Podía ser una simple calle, pero este era el último escollo que debíamos superar para ver, al fin, a la Selección Peruana en una Copa del Mundo. Los 40 mil peruanos que invadieron esta pequeña ciudad a ocho horas de Moscú, formaron una marea roja y blanca en su camino al estadio.
Saransk era la sede más pequeña de Rusia 2018, tanto que nuestros compatriotas la 'colonizaron' el 16 de junio de hace un año. Los locales, calles, hospedajes y pistas estaban repletas de peruanos. Sus habitantes y un pequeño grupo de daneses veían asombrados a la cantidad de gente con la camiseta bicolor. Parecíamos de otro planeta.
Llegar a Saransk era sencillo. El viaje en avión duraba una hora y en tren, ocho. La ciudad, de tan solo 383 km2, estaba rodeada de árboles, presentaba un brillante sol entre sus pequeños edificios, que combinaban lo tradicional con lo moderno. Solo un puente separaba nuestro sueño de niños a la cancha del Mordovia Arena.
El estadio fue construido pensando en el Mundial. Parecía que el destino lo había hecho solo para nosotros. Hasta dos meses antes, aún no estaba totalmente listo el campo donde volveríamos al máximo torneo de fútbol en el mundo.
Las tribunas del Mordovia Arena parecían una sucursal del Estadio Nacional. Hinchas con camiseta bicolor, máscaras con detalles peruanos, cánticos para la Selección Peruana y, como novedad, muchos vasos de cerveza eran los detalles que destacaban entre los asistentes. ¿Rusos o daneses? Muy pocos y sorprendidos por los fanáticos peruanos.
Todo transcurría con normalidad hasta que sonó el 'Contigo Perú' a la voz del 'Zambo' Cavero. Las emociones y hasta lágrimas, en especial de los peruanos que llevan años viviendo en el exterior y viajaron hasta Rusia para ver a la bicolor, tomaron protagonismo en el Mordovia Arena. Nuestro regreso a la Copa del Mundo estaba cada vez más cerca.
Alberto Rodríguez, como capitán, encabezaba la fila de la Selección Peruana. Esa misma que escuchaba el apoyo de los fanáticos, que en su gran mayoría hasta se endeudaron con tal de estar presentes en su vuelta a un Mundial. Eso sí, todavía faltaba el momento más emotivo de la tarde rusa (mañana en el Perú).
Así como la selección estaba de vuelta luego de 36 años, nuestro Himno Nacional también lo hacía. El 'Somos Libres' sonó más fuerte que nunca, gracias a cada peruano que dejaba su garganta en la cancha. Ojo, no solo sucedió en Saransk, pasó en cada rincón del mundo en donde estaba un compatriota nuestro.
¿El partido? Perú no paró de atacar, pero Dinamarca ganó 1-0 con gol de Yussuf Yurary Poulsen, nombre innombrable para algunos fanáticos peruanos. Christian Cueva falló un penal, generando una hasta absurda repercusión en el Perú. Ricardo Gareca no pudo hacer nada para evitar la derrota en nuestro reencuentro con la Copa del Mundo.
La salida del Mordovia Arena, ya con la noche encima, fue en silencio. La gran marea peruana estaba con sentimientos encontrados luego de perder ante los daneses. Eso sí, abosulamente todos estaban alegres, quizás muy por dentro, porque al fin Perú estaba en un Mundial. Y ese recuerdo no lo quitará nadie.