Más allá de recibir un gol como un baldazo de agua fría, Perú no abandonó su esencia. Continuó con ese espíritu luchador y nuevamente se hizo dueño de la posesión. Sin embargo, volvió a carecer de esa profundidad para trascender en ataque. ¿Falta de ideas? Sí. Por eso, Ricardo Gareca debe trabajar el doble para ejecutar un mejor plan, cuando se le presenten rivales que priorizan el aspecto defensivo, como Estados Unidos.
José Carvallo: No fue exigido. No tiene influencia en el gol que le anotan.
Luis Advíncula: Lució desganado. No vimos a ese lateral con alma de delantero. Pasar al ataque se convirtió en una obligación más que en una virtud para sorprender.
Christian Ramos: Su vehemencia lo llevó a desordenarse. Consecuentemente, abandonó su posición, en busca de inyectarle agresividad al equipo. Por momentos, estuvo impreciso.
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Alexander Callens: Fue sorprendido en más de un contragolpe. Perdió los duelos individuales y no activó un argumento que hemos aplaudido a lo largo de la era Ricardo Gareca: la anticipación.
Nilson Loyola: Cumplidor. No mostró mayores argumentos ofensivos. Arriesgó poco para llegar a la última línea, pero intentó ser responsable en la marca. Se convirtió en una sombra.
Sergio Peña: Le dio salida al equipo, desde el fondo. Pero, tal vez, careció de esa ambición para ser un lanzador natural. De hecho, mucho tuvo que ver los pocos espacios que encontró Raúl Ruidíaz en el ataque.
Renato Tapia: Trasladó más de los que recuperó, debido a que Perú se hizo un equipo protagonista desde la posesión. Y para esta clase de partidos, su presencia se hace importante desde la concentración, para no caer sorprendidos en los contragolpes.
Andy Polo: Explosivo por las bandas y convencido en encarar siempre al rival. Fue así como se convirtió en la figura del partido, sin tener necesariamente el dribbling de André Carrillo.
Edison Flores: Solidario, ante todo. Pero correcto, ante todo. El ‘Orejas’ se multiplica para defender.
Paolo Hurtado: Hizo los movimientos correctos para convertirse en el conductor del equipo. Retrocedió, cuando la situación ameritaba. Y se asoció bien con Flores y Polo.
Raúl Ruidíaz: Ahogado por la marca rival, el delantero se quedó con poicas ideas para generarse los espacios. Consecuentemente, cayó en desesperación y se vio obligado a salir de su hábitat para asociarse.